Se la considera la sucesora de Amália Rodrigues, cuyos fados escuchaba siendo tan solo una niña. De ella se dice que mezcla la melancolía del portugués con la dulzura del gallego. Cuando es su voz la que se escucha siempre ocurren dos cosas: antes o después la piel terminará erizándose y más pronto que tarde el ambiente se irá animando al calor de su cercanía. María do Ceo tenía ayer en el colegio estradense de O Foxo un público que, en principio, podría resultar difícil. Encandilar a un niño y atraer por completo su atención no es tarea sencilla. Sin embargo, su naturalidad se alió con el poderío de su voz para ganarse por completo a los escolares, del primero al último.

Este colegio de A Estrada quiso brindar un homenaje a la cantante. El centro pretendió reconocer públicamente su trabajo en favor de la cultura musical galaico-portuguesa y su acercamiento al mundo de los "pereiriños" con su reciente libro-disco Cancións para nenas e nenos. Aunque fueron varios los actos programados para honrarla, el tributo más sincero terminaron ofreciéndoselo los propios niños, que no tardaron en rodearla cuando los animó a cantar con ella, en arrancarse a bailar y en corear repetidamente "¡otra, otra!".

María do Ceo llegó al mediodía hasta este colegio del rural estradense. En él descubrió la placa que bautiza con su nombre una de las aulas del centro, dirigiéndose a continuación hasta el Xardín da Poesía "María Porto Puente" para plantar un árbol. Un roble, para ser más exactos.

"A día de hoy, decir María do Ceo es lo mismo que decir fado", apuntó la directora del CEIP de O Foxo, Rosa Ferreira, ya en el salón de actos. Explicó a los niños que María es "una embajadora de la cultura gallega en todo el mundo" y que posee una destacada carrera internacional enraizada en el fado como inspiración básica. Relató que cantó para personalidades como Juan Pablo II o José Saramago y que posee una discografía con 14 trabajos publicados, pasando por escenarios de Alemania, Francia, Suiza, Italia, Argelia o Egipto, entre otros países.

O Foxo homenajeó también a la fadista con versos. A voz de María do Ceo/ Alma de fado, corpo de muller/ Paixón-dozura-ledicia-melancolía/ Todo un universo de vida é. Tras escuchar todo el poema, la artista no tardó en reconocer en él el sello de Xosé Luna Sanmartín. "ese poema solo lo hace un artista como tú", le dijo al profesor desde el escenario. "La única manera que sé de agradecer las cosas es cantando", comenzó diciéndoles María do Ceo a los alumnos. "Estar con vosotros como compañera de curso supone mi engrandecimiento como artista y como persona", continuó. La cantante entregó al colegio sus discos y quiso que el centro conserve en sus instalaciones -también se inauguró un rincón en su honor en la biblioteca- algo personal. Fue entonces cuando entregó a los niños algo que hizo con sus propias manos: un lapicero de cerámica.

La homenajeada reconoció su profunda relación con A Estrada. Explicó que se remonta 22 años atrás. Grabó en los estudios estradenses de Edisco diez de los trece trabajos discográficos que posee. "Los alumnos de O Foxo se convertirán en mis compañeros de clase por los siglos de los siglos", dijo la fadista. Quiso cerrar el turno de intervenciones con música. Y con ella María do Ceo brindó su propio tributo a O Foxo. El primer tema que interpretó fue A galiña azul. Permaneció poco tiempo sobre el escenario ya que pronto se animó a bajar para rodearse de los escolares y cantar varias piezas con ellos.

Antes de la despedida, la cantante recibió varios presentes. La directora del colegio le hizo entrega del anagrama del colegio con su lema grabado: "O mellor faro para impedir que os pobos tropecen é unha escola". A este regalo se sumó un marcapáginas de madera y un ejemplar de Pereiriños, el boletín informativo de la Biblioteca Xosé Neira Vilas, cuyo número 205 está íntegramente dedicado al homenaje que O Foxo quiso brindar a esta mujer con alma de fado.

A voz de María do Ceo, /tenro orballo musical/Póusase sobre nós mainiño,/ como o amor nunha noite de luar, dice el poema de O Foxo a la fadista. María do Ceo ofreció ayer un paseo por las nubes en un colegio con gran tradición cultural. Dejó su huella en esta escuela de A Estrada y en todos aquellos que ayer compartieron con ella pupitre.