El próximo 29 de diciembre en el Auditorio Xosé Casal de Vila de Cruces se celebrará el recital de presentación de David Fiuza Souto como director de la Banda Artística de Merza. Fiuza sustituye a José Luis Quintás Carreira después de haber dirigido desde 2014 el Centro Instructivo Musical La Armónica de Buñol, en Valencia.
-Para un músico de Merza, ¿qué significa poder dirigir una formación como la Artística?
-Es algo muy especial porque fue la banda donde descubrí la música, y donde empecé a quererla desde muy pequeño. Es el lugar de referencia que siempre tienes.
-¿Qué Artística se encontró después de tantos años fuera?
-Pues, me encuentro con una banda cargada de mucha ilusión, con muchas ganas y con un potencial muy grande. Se trabaja con un muy buen ambiente junto a músicos con muchas ganas de hacer cosas y muy bien capacitados.
-¿Cuánto pesa dirigir a una agrupación musical con tanta solera en el panorama musical?
-Es cierto que la responsabilidad es muy grande pero con tanta calidad tienes la ventaja de que cuentas con menos posibilidades de equivocarte. Todo por ese respeto a esos 190 años y a ese buen hacer durante tanto tiempo.
-¿Qué le gustaría hacer con su nueva banda? ¿Le gustaría moldearla a su gusto personal?
-Lo que más me gustaría es que mantenga toda su propia idiosincrasia que tuvo siempre, su peculiar sonoridad, sus pautas de trabajo y de comportamiento, y simplemente con todo esto, estar lo más sensible para no romperlo, e intentar aplicar mi propia forma de trabajo y conseguir el enfoque artístico de cara a los proyectos que yo puedo ver interesantes para la banda con esa forma de trabajar.
-¿Va a cambiar mucho el repertorio musical de la banda?
-El repertorio es una cosa que tiene que estar continuamente cambiando para hacer cosas diferentes. Cada director siempre tiene sus programaciones, cuyo objetivo es realmente hacer que la agrupación musical nunca deje de crecer y desarrollarse. Cada uno tiene el suyo, y concretamente, este año con motivo del 190º aniversario vamos a hacer un repertorio muy especial.
-¿Se nota mucho la diferencia entre dirigir en Buñol y hacerlo en su parroquia natal de Merza?
-Si hablamos de cuestiones artísticas y musicales es exactamente lo mismo dirigir en Valencia que en Galicia. Al final, se trata de arte y de lenguaje musical utilizando la música como herramienta de pedagogía social y artística porque son formaciones amateurs. Lo que sí cambian, lógicamente, son todos los parámetros culturales y demás. Es un emplazamiento totalmente distinto donde la gente habla y piensa de otra forma, y también hay otro tipo de costumbres.
-Una de las características de la Artística de Merza es su carácter familiar, con familias enteras tocando en ella, ¿qué le parece?
-En el caso de Merza, todo el mundo pasa por la banda de una u otra forma, más o menos indirecta. Todas las familias están en la Artística y estuvieron a lo largo de toda su historia.
-Eso quiere decir que el futuro está garantizado, ¿no?
-Exactamente. Ese es precisamente uno de los puntos fuertes de la Artística de Merza, y que te garantiza una continuidad y, también, una gran seguridad para los vecinos y para todos los que amamos la música y a esta agrupación.
-¿Le gustaría jubilarse en su tierra o aún le queda algo por hacer y esto es sólo una etapa más?
-Una unión entre un director y una banda de música es como una relación personal cualquiera, es un ciclo. Por eso mismo, en este momento no se puede saber cuanto va a durar porque depende de como funcionemos juntos a lo largo de los proyectos que llevemos a cabo, pero lógicamente eso tiene una caducidad. Es decir, en el momento en que poder ser más interesante que llegue un nuevo director será cuando haya que cambiar. Son ciclos naturales que hay que estar sensibles hasta cuando duran e intentar no pasarse. Sinceramente, es como veo esta profesión.
-¿Cómo están siendo los primeros ensayos con la Artística?
-Llevamos todo el mes trabajando juntos para preparar el concierto de presentación. Tengo que decir que están resultando muy bien, porque empezó gente muy motivada, con muchas ganas y todo está siendo algo muy especial. Date cuenta de que conozco realmente a todos los músicos de la banda porque son mis compañeros, los que tuve siempre en mi parroquia.
-¿Cómo se tomó su familia el regreso después de tantos años trabajando en tierras levantinas?
-Tengo que reconocer que mi familia quedó muy contenta por, evidentemente, el hecho de estar más cerca y poder vernos con más regularidad que cuando estaba trabajando en Buñol.
-Supongo que estos días le asaltarán recuerdos de sus primeros años en la escuela de la banda, ¿no?
-Efectivamente, yo realmente empecé a estudiar música en la escuela de la Artística de Merza. Fue allí, dos años después, cuando mi profesor de solfeo en Merza me animó a ir al Conservatorio de Lalín para aprender; a partir de ahí empezó mi buena relación con la Banda de Lalín. Tengo que decir que mi profesor de referencia fue Marcel Van Bree, que me dio clase de clarinete en Lalín y con el que hice mi primer curso de dirección, pero en realidad mis raíces musicales están en mi tierra. En Lalín y Merza dirigí como invitado, ahora lo haré como titular en la prestigiosa Artística.
