Si el 1,91% de media que permitirá aplicar Fomento a las autopistas se materializase en la AP-53, resulta que el tramo más caro para los turismos, el de Santiago a Lalín, pasaría de los 5,95 euros actuales a los 6,06 euros, superando esa barrera mental de los seis euros. Pero en vista de esa propuesta de descenso, el peor escenario posible sería el de la congelación, de modo que las tarifas continuarían entre los 1,10 euros para el tramo entre Silleda y A Bandeira y los 5,95 mencionados entre la capital gallega y cualquiera de las tres salidas que tiene Lalín.

Campañas de descuentos

En el comité de empresa tiene mayoría ahora UGT. La CIG se quedó sin representación, y años atrás lideró un programa de negociaciones con la adjudicataria que no llegaron a fraguar. Se plantearon iniciativas como las que se pusieron en marcha en tierras leonesas para fomentar la circulación en una autopista con muy escaso uso. Así, en estos años en los que la AP-53 no ha hecho otra cosa que subir tasas, se podrían haber materializado campañas con descuentos en, por ejemplo, franjas horarias concretas, en rutas de ida y vuelta, en turnos nocturnos o incluso en fines de semana. Los más perjudicados por las tarifas no son los ourensanos -al fin y al cabo, realizan otros 50 kilómetros gratis-, sino los vecinos de Deza que, en vista de la gratuidad de Dozón a Ourense, muchas veces se plantean trabajar en esta provincia o tener su médico en ella.