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Del río al vaso, paso a paso

Un proceso diario asegura que el agua del Umia llegue a los hogares de A Estrada apta para el consumo. Garantizan la calidad de la traída pese a la turbidez de estos días, que se achaca a las lluvias

Imagen de la zona del decantador, donde el agua recibe los productos. // Bernabé/Ana Agra

Abrir el grifo y que brote el agua lista para el consumo es una comodidad tan cotidiana que pasa totalmente desapercibida. Sin embargo, un corte en el suministro o cualquier aspecto que rompa su normalidad hace que se disparen de inmediato todas las alarmas. El color del agua preocupó estos días a algunos estradenses, si bien para otros muchos habrá pasado desapercibido entre las prisas de la ducha de primera hora de la mañana. Una mirada más detenida, principalmente por parte de quien haya recogido el líquido elemento en algún recipiente, pudo encontrar cierta turbidez en el abastecimiento.

Para disipar cualquier preocupación, desde el Concello se garantizó en la pasada jornada que el agua es completamente apta para el consumo, explicando que la tonalidad que presentó estos días es una consecuencia de las intensas lluvias que la borrasca "Ana" trajo consigo. Tras meses de sequía, las fuertes precipitaciones ocasionaron -explicaron fuentes consultadas por esta Redacción- los primeros arrastres en el río, haciendo que la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Parada tuviese que afanarse para corregir la turbidez y seguir ofreciendo el agua de calidad del Umia a todos los estradenses.

La preocupación ciudadana cuando el agua no sale clara hace que uno se cuestione cómo y quién se encarga de velar por que cuando se abre el grifo en un hogar del municipio ese agua se pueda beber.

La firma Proyecon Galicia está detrás del mantenimiento de la planta de potabilización de A Estrada. Su personal se encarga a diario de vigilar que el agua entre y salga del ciclo de tratamiento cumpliendo escrupulosamente los parámetros exigidos.

¿Cómo lo hacen? Pues una vez captada el agua del río Umia llega a la zona del decantador de esta planta, donde se le inyectan los productos químicos que garantizarán su limpieza. Se le suministra cloro y, si llega sucia, coagulante y floculante. Al pasar por el decantador formándose flóculos, el agua limpia sube y la suciedad se va hacia abajo. El cloro se ocupa de las bacterias. A partir de ahí, el agua continúa hacia unos filtros cerrados de arena. Aquí se queda la suciedad que pudiese perdurar .

Fuentes de la citada empresa explicaron que esta depuradora tiene la capacidad de reducir a la mitad el caudal de captación del agua en el caso de que esta llegue muy turbia. Es decir, toma menos agua y es capaz de clarificarla. Lo que sucede en el caso de A Estrada es que la demanda de agua hace que no se pueda reducir el caudal que se capta, porque ello implicaría que no llegase el suministro a todos los hogares. Es por ello que estos días el abastecimiento presentaba cierta coloración, aunque sin que este aspecto tenga repercusión en la calidad del agua. "Es apta totalmente para el consumo", se garantizó desde la estación.

En la entrada del agua procedente del río a la ETAP hay medidores de turbidez y de ph. "Cualquier vertido que haya en el río varía el ph. Automáticamente la planta tiene unas alarmas", explican. De este modo, en el caso de que se pase el nivel de ph -tanto el mínimo como el máximo-, la planta se detendría. Si el agua que sale para distribución no fuese apta para el consumo, la estación se pararía, enviando las correspondientes alarmas de aviso a los responsables del mantenimiento.

A la salida de la planta, es decir, en el agua que va para distribución, se mira el ph y el cloro. A mayores, la empresa analizada cada dos o tres días el color, olor, sabor, ph y cloro. Se trata de una nueva ronda de comprobación y control. "Los medidores son mecánicos, pueden fallar, así que tenemos todos los aparatos para saber que todo está en orden". Esta inspección extra ayuda a calibrar los propios aparatos.

La ETAP de Parada, inaugurada con la puesta en marcha de la traída del agua del Umia en 2011, está totalmente automatizada y se maneja con control remoto. Cualquier incidencia llega al momento al móvil de dos personas, de manera que pueda resolverse al instante cualquier problema.

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