Se ha convertido en toda una tradición para los estradenses, especialmente para aquellos que más disfrutan de la llegada de la Navidad. Cada año la iglesia parroquial de San Paio acoge un belén que ha ido ganando en espectacularidad y seguidores, dotado de gran realismo y rigor bíblico. Los niños que asisten al catecismo suelen inaugurarlo acompañados por el párroco, José Antonio Ortigueira, el sábado antes de Nochebuena. Seguidamente, los ciudadanos desfilan por delante de sus figuras tratando de descubrir todos los secretos que atesora esta recreación, con figuras en movimiento con las que Belén cobra vida. Detrás de cada detalle y decorado se esconden muchas horas de trabajo.

Isabel Villamor tenía ayer ayudantes. Bromeaba con que siempre se tira de la familia para echar una mano y a ella estos días agradece toda la colaboración. Tiene por delante muchas escenas que recrear pero su mente se centraba ayer en cómo idear una estructura que permita hacer que el día y la noche se hagan en este belén estradense.

Isabel explica que fueron Kike Marín y Margarita Couceiro quienes comenzaron en la iglesia de San Paio con esta tradición. En estos momentos ella está tomando el relevo, contando con un pequeño grupo de colaboradores. El desafío es cada año mayor. Nuevas piezas se suman a la composición, que de nuevo ganará espacio.

Las piezas con movimiento son uno de los atractivos de este belén, en el que también cobran especial protagonismo los elementos naturales. El agua y las plantas volverán a estar presentes estas Navidades, incrementando su aparición en una composición que otros años se ha caracterizado por recrear plantíos y hasta un bosque con pinos naturales, sin olvidar a los peces en el río.

Isabel Villamor indica que este año se sumarán dos mesas más al montaje, de tal manera que el belén acabará ocupando 36 metros cuadrados, dispuestos en una de las naves laterales del templo parroquial. Además de incorporar nuevas piezas en movimiento para conformar escenas de lo más cotidiano para la población de Belén de la época, en esta ocasión se confecciona una estructura con tubos para dar una especie de cubierta al conjunto. Jugando con la luz natural y con focos de bajo consumo que se integrarán en la citada estructura, se buscará que la noche caiga sobre Belén o que la ciudad amanezca a un nuevo día. Los trabajos continuarán en los próximos días en la iglesia para que estradenses y visitantes puedan ir descubriendo cada uno de los muchos rincones y escenas que encierra esta gran recreación. Su grandeza está en cada detalle.