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365 menores evitaron un juicio en el último lustro tras pedir perdón y resarcir a la víctima

Pontevedra sigue siendo la provincia gallega con mayor peso de la justicia restaurativa entre los adolescentes con la mitad de los acuerdos que se producen en toda Galicia

Mientras la mediación en el ámbito penal trata de abrirse paso de forma lenta en los juzgados, la llamada justicia restaurativa (aquella que permite alcanzar una solución extrajudicial entre las partes para dar carpetazo a un asunto) tiene ya un largo recorrido en la Fiscalía y el juzgado de Menores de Pontevedra. Así lo demuestra los datos recogidos en la última Memoria de la Fiscalía Superior de Galicia. Pese a un descenso en el número de acuerdos alcanzados en 2006 (al pasar de 95 en 2015 a tan solo 66 el pasado ejercicio); Pontevedra sigue siendo la provincia gallega en la que la llamada Justicia restaurativa tiene un mayor peso al aglutinar el 47,8% de los acuerdos extraprocesales registrados en la comunidad autónoma.

En total, en el último lustro 365 menores han podido evitar enfrentarse a un juicio dentro de un proceso de reforma después de haber cometido algún delito, una media de 73 al año. Esto supone además que dos de cada diez expedientes de reforma tramitados por la Fiscalía de Menores se cierran por esa vía y que los 66 casos del pasado año es un volumen similar al 46% de las sentencias dictadas por el juzgado de Menores de la ciudad del Lérez, que fueron 142 en todo el año pasado.

Para la Fiscalía esta es una solución idónea en el caso de los delitos de menor entidad cometidos por adolescentes que todavía no han alcanzado la mayoría de edad. La fiscal coordinadora del área de Menores de Pontevedra, Encarnación Bullón, explica que, en cualquier caso, a este tipo de acuerdos solo pueden acceder los menores que no tienen antecedentes es su historial y se enfrentan a su primer expediente de reforma. El primer paso, y fundamental, es "la petición de disculpas" a la víctima. El menor asume su infracción y de esta manera la persona perjudicada también entra en el proceso penal como tal, algo que no suele suceder por otras vías. El perdón es el paso fundamental para acceder a este camino restaurativo junto con la reparación del daño. "Es necesario que el infractor asuma el abono de las responsabilidades civiles derivadas de su acción", explica Bullón, quien considera que este sistema es realmente satisfactorio para zanjar sin llegar a juicio pequeños hurtos que se cometen por primera vez o delitos de daños de carácter leve.

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En el caso de infracciones que tengan ya cierta relevancia, la justicia restaurativa es también una posibilidad acompañada también de programas educativos que deberá superar el menor para poder archivar el proceso penal. Es el caso, por ejemplo, de los delitos cometidos contra la seguridad vial.

Explica Bullón que aquellos menores que son sorprendidos por primera vez, por ejemplo, por conducir sin licencia un ciclomotor u otro vehículo, suelen zanjar su deuda con la Justicia sin necesidad de llegar a juicio, asumiendo un curso de educación vial de diez horas con las policías locales de Vigo o Pontevedra en la que comprueban, por ejemplo, las dramáticas consecuencias que pueden tener los accidentes de tráfico.

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