El iorubá constituye uno de los mayores grupos etnolingüísticos de África Occidental, con más de 30 millones de personas en toda la región. Es el segundo más grande grupo étnico de Nigeria, pero también cuenta con población en lugares como Brasil, Puerto Rico o Venezuela, entre otros. El Museo Municipal Ramón Aller de Lalín acoge desde ayer un interesante trabajo fotográfico realizado por la brasileña Júlia Franco Braga sobre las señales de identidad de esta cultura, un trabajo enmarcado dentro del proyecto Outono Fotográfico, que lleva por título "Soji".

La palabra utilizada por Franco para su exposición significa "revivir" en la lengua de la cultura iorubá. La reputada fotógrafa pretende incidir en las señales de identidad de este pueblo y, también, en manifestaciones, prácticas o creencias relacionadas con el candombe, una manifestación cultural de origen negroafricano, que tiene un papel significativo en la cultura de Uruguay de los últimos doscientos años, y que fue reconocido por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Se trata de una veintena de instantáneas donde la autora "busca explorar los límites entre ficción y realidad", según indica Vítor Nieves, coordinador del programa, que ayer participó junto a la concejala de Cultura de Lalín, Lara Rodríguez Peña, en la inauguración de la muestra.

Con imágenes que alternan el documentalismo con otras técnicas, la proposición artística de Júlia Franco presenta al espectador distintas narrativas acerca de la eterna dualidad permanente y efímero, orgánico y artificial, y visible y oculto que jalona la Historia del Arte. De esta forma, si "soji" significa en iorubá despertar o revivir, el espectador de esta destacada exposición fotográfica podrá abrirse a un mundo tan atractivo como desconocido procedente del continente donde nació la especie humana. La exposición de Franco Braga en Lalín aborda una temática poco conocida para los habitantes de esta parte del mundo, como es la cultura afro-brasileña, y lo hace desde la perspectiva del documental ficcionado. Vítor Nieves recordó ayer que Júlia Franco pasó años de pesquisas "para conseguir unas obras seleccionadas de manera expresa por su certera visión de toda la simbología de los ritos afro-brasileños".