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Las sociedades de caza dezanas agotan sus cupos de jabalí a mitad de temporada

Solicitan más precintos ante las excelentes previsiones para diciembre y enero -Rodeiro dispone de cinco de los 60 sellos asignados -Solo Silleda carece de batidas por daños

La cuadrilla de Rodeiro posa con siete piezas abatidas, el pasado fin de semana.

La caza de jabalí arrancó a finales de agosto y se cerrará el tercer domingo de enero. Sin embargo, el grueso de piezas se concentra en los dos próximos meses, cuando el animal regresa a tierras dezanas en busca de, sobre todo, bellotas y castañas. Pero éste ha sido un año atípico, en el que a la superpoblación que arrastra esta especie desde hace años se suma la llegada de numerosos ejemplares, que escaparon de zonas quemadas de Ourense o de otros municipios de la provincia.

Por eso, pasado el ecuador de la temporada, prácticamente todas las sociedades de caza de Deza están a punto de agotar el cupo que les asignó Medio Ambiente y tramitan ya la solicitud de nuevos precintos. Silleda es la única excepción, pues con 85 precintos de cupo, a estas alturas se rebasan los 40, con lo que el presidente de la sociedad cinegética, Jesús Caramés, cree que la asignación inicial será suficiente para cubrir toda la temporada. "Tampoco organizamos batidas en zonas vedadas, porque no tenemos denuncias por daños", añade. En Silleda operan tres cuadrillas de jabalí, que van alternando las zonas en las que actuar.

La situación ya es muy distinta en Lalín. El presidente de la sociedad de caza, Julio Mariño, explica que sus seis cuadrillas disponen, en conjunto, de 140 precintos para jabalíes, "pero nos quedan sobre 21, de modo que pediremos 50 más", aunque desde Medio Ambiente podrían concedérseles solo 30. Ayer mismo Mario pagó las tasas de estos nuevos precintos, que se antojan más que necesarios porque ya hubo que realizar batidas por daños tanto en zonas de adiestramiento como en vedados. La asignación de precintos se realiza siempre con un año de antelación, en base a las estimaciones de población tanto de la propia consellería como del coto, que en el caso de Lalín tiene claro que para las próximas temporadas precisa ampliar ese cupo inicial de 140.

En proporción, a quien más le urge ampliar los precintos de jabalí es a la cuadrilla de Rodeiro. Cuentan con 60 unidades, y les quedan sólo 5. "Vamos a pedir 20 más, aunque podremos solicitar nuevos precintos varias veces hasta final de temporada", explica el presidente de la sociedad cambota, Rubén Quintá. La proliferación del cerdo salvaje en Rodeiro se debe a su migración desde las tierras quemadas del municipio vecino de Cea.

Más que las zonas quemadas, son los vedados de Lalín y Rodeiro los que les afectan a los cazadores de Dozón. Los animales encaman y crían en esas tierras fronterizas así como en las dos áreas vedadas del municipio, por eso ya se usaron 35 de los 48 precintos asignados. En Agolada, el Tecor Farelo está a punto de agotar sus 25 permisos, aunque este año, al igual que en Silleda, no se están detectando daños en cultivos.

Por otra parte, un socio del colectivo cinegético de Silleda, Aurelio Fernández Villaverde, propone sembrar trigo y centeno en las zonas quemadas de Siador y Cortegada, para asegurar la supervivencia de la caza menor y, por extensión, de la mayor. Él está dispuesto a donar 20 ferrados de centeno.

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