Por tercera o cuarta vez en los últimos meses la corporación volvió a debatir sobre el uso de un vehículo oficial por parte de la edil de Cultura, Lara Rodríguez Peña, para ir a un examen antes de un pleno. Ayer el PP, a través de Eva Montoto, pidió la dimisión y reprobación de la representante del gobierno. En un tono calmado y en una exposición que fue interrumpida con aplausos por sus compañeros de partido, Montoto echó en falta la humildad de Peña para reconocer que lo que hizo no fue acertado, propuso que pidiese perdón y que reconociese que se equivocó. Peña, después de agradece el tono de la primera intervención de la popular, replicó que este asunto le provocaba ya un cierto cansancio por la insistencia del PP, primero, por hacer uso del coche, después por la marca del mismo, luego por su falta de humildad y ahora también por reprocharle su participación en un vídeo de En Marea en el que apelaba a la rebelión social. Peña volvió a repetir argumentos al advertir a los populares que no aceptaría lecciones "de un partido corrupto" citando los casos de más de 900 imputados "que no cabrían en este salón de plenos". "Lecciones, las justas", sentenció, entre murmullos y abucheos de la bancada popular.

Montoto le recriminó que no fuese capaz de rectificar y dijo que ella sí era capaz de admitir lecciones como parte de un aprendizaje. "Formo parte de un partido que también tiene errores, pero como concejala y como cargos públicos no estamos para activar la rabia". Acusó a la concejala de Cultura de enfangar el debate con cuestiones ajenas a la circunscripción local y Peña recordó que sus manifestaciones están amparadas por la constitucional libertad de expresión. El edil no adscrito Juan José Cruz, que apenas intervino durante el pleno, vinculó, en parte, estos debates con nacionalismos e independentismos. Cuiña cuestionó el juicio sumarísimo a su colega de gobierno, dijo que el episodio del coche podía ser cuestionable, pero recordó lo que acontecía antes. Peña fue reprobada con solo los votos de PP y Cruz.