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Vía de alta capacidad Santiago-Dozón

La AP-53 presenta déficit acumulado pese a ingresar 107 millones por peajes en 14 años

En 2015 Acega recaudó 9,5 millones por tráfico y 109.900 euros de subvenciones y otros fondos -Su beneficio antes de impuestos fue de 1,4 millones -Es la tercera autopista española con menos personal por kilómetro

La AP-53 presenta déficit acumulado pese a ingresar 107 millones por peajes en 14 años

La puesta en marcha de la autopista Santiago-Dozón contribuyó a la vertebración del interior de la comunidad autónoma y a mejorar la conexión de la comarca dezana con la capital de Galicia. Al margen de la inversión privada, en la construcción de la AP-53 participó Xunta y Estado; la primera con 60 millones a fondo perdido y la misma cantidad aportó Fomento, aunque con un préstamo participativo a reintegrar. Así, las arcas públicas han aportado 120 millones de euros a la construcción de un trazado que supuso un total de 307,9 millones de euros, según las cifras oficiales. La sociedad Autopista Central Gallega (Acega) es la concesionaria de la vía desde que, en diciembre de 2002, se abrió el tramo Santiago-Silleda, para dos años después quedar disponible los 56 kilómetros que comunican Compostela con Dozón. En realidad la AP-53 remata en Lalín, pues la conexión con Dozón es libre de peaje, desde donde se toma la AG-53 hasta Ourense, gratuita.

Poco después de abrirse al tráfico comenzaron las primeras reivindicaciones políticas y sociales contra las elevadas tarifas de una de las vías de pago propiedad de Fomento más caras de España. Precisamente este ministerio maneja anualmente los balances de concesión y explotación de la treintena de autopistas distribuidas por la geografía española. En este caso, Acega presenta por la concesión de la AP-53 un balance económico antes de impuestos negativo en algo más de 3 millones en el período comprendido entre 2002 y 2015 -el último ejercicio con datos disponibles-. Durante estos 14 años la empresa solo habría obtenido beneficios en seis ocasiones y el montante de pérdidas más elevado se registró en 2005, con 2,3 millones. Mientras, si en 2014 adelantó un resultado negativo antes de impuestos de 863.000 euros, doce meses después las ganancias superaron ya los 1,4 millones. En estos 14 años la compañía desglosa más de 3,5 millones en concepto de deterioros y enajenación de inmovilizado. El resultado financiero acumulado es, también, negativo en algo más de 20 millones. Otros más de 40 corresponden a la amortización de la inversión de una infraestructura gestionada por Globalvía, pero que hace un par de años modificó sus estructuras societarias. En 2015, OPSEU Pension Trust (OPTrust) PGGM y Universities Superannuation Scheme Ltd alzaban, en consorcio, un acuerdo con Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) y Bankia para adquirir el 100% de sus participaciones en Globalvia por hasta 420 millones de euros. Dentro del apartado de gastos de explotación y otro inmovilizado aparecen 54 millones. Pues bien, al margen de las obligaciones de la empresa, amortizaciones y otras eventualidades, los elevados peajes autorizados por el ministerio a Acega han reportado a la empresa más de 106 millones de euros en estos 14 años. Pero además, como otros ingresos y subvenciones, la empresa obtuvo casi 5 millones a mayores.

El pico máximo de recaudación de la autopista, utilizada en un 94% de los casos por vehículos ligeros, fue en 2010 (13,3 millones). En los sucesivos se movió entre 8 y 9 millones al año y más de 9,5 hace dos ejercicios, a la espera de ver lo que indican los datos de 2016 y 2017.

En los informes que hace públicos Fomento se desglosan otros detalles de interés y los que ahora pueden analizarse son los de 2013, 2014 y 2015. Uno de ellos es el referido al personal que, al margen de las oscilaciones fruto de amortización de empleos en varias salidas de la vía donde se instalaron sistemas de cobro automático, Acega conserva en torno a 40 trabajadores. Este censo la convierte en la tercera de España con menos personal por kilómetro. La plantilla, de 38 personas, está distribuida en 12 adscritos a servicios generales, una decena son personal de cabina y otros 16 son empleados de mantenimiento. Un dato llamativo es que el personal de conservación y mantenimiento llegó a alcanzar los 21.

A diferencia de la AP-9, que atraviesa Galicia de norte a sur, que es la que más quejas recibe de todas las autopistas españolas, la AP-53 muestra un nivel de incidencias menor. Frente a las 215 reclamaciones, en este caso fueron 35, aunque por la primera circula una media de unos 22.000 vehículos al día y en la que atraviesa la zona marcó el año pasado su récord histórico, con 6.300. En 2014 se presentaron 14 reclamaciones y 8 el pasado curso. Sistemas de peaje, conservación o mantenimiento de la vía, tarifas, deficiente señalización, son algunas de las quejas más habituales.

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