La corporación lalinense celebró ayer un pleno extraordinario atípico y por momentos bronco en el que el único tema del día, la humanización de la Praza de Galicia, fue casi la cuestión sobre la que menos se debatió. Finalmente, como era previsible, el PP apoyó con sus votos la propuesta del gobierno y la reforma del espacio público situado delante de la casa consistorial salió adelante solamente con el voto contrario del edil no adscrito, Juan José Cruz. La actuación tiene un presupuesto de casi 170.000 euros y encaja como inversión financieramente sostenible con cargo a los remanentes de la cuenta del año pasado.

La sesión arrancó a las 8.00 horas con la exposición del proyecto por parte de la edil de Facenda, Teresa Varela. Instantes después el portavoz del PP, José Crespo, justificó el apoyo a la propuesta recordando que la humanización de la plaza había sido proyectada ya por su ejecutivo y que la consideraba "necesaria". Pero a continuación hilvanó los que serían los primeros reproches al gobierno de Rafael Cuiña, ante la mirada estupefacta de la bancada del cuatripartito. Crespo pidió juego limpio y lealtad institucional y puso como ejemplo que en la presentación a los vecinos de la reforma de la calle Xesteira no se dijo que la obra había sido posible gracias al apoyo de su grupo, que, por otro lado, fue el que la llevó a pleno. "No pasa nada, nosotros también iremos allí a hablar con los vecinos", apuntó, para vender así la gestión realizada por el PP en este asunto. Ante las interrupciones del alcalde, que trataba de rebatir sus argumentos, Crespo Iglesias optó por finalizar su intervención con un "vaya usted a paseo". Antes, había recriminado al gobierno que hiciese público el proyecto de la plaza sin trasladarlo a su grupo o hacer una presentación sin citar el papel fundamental de los populares. Tanto Cuiña como el teniente de alcalde, Nicolás González Casares, primero y el edil Francisco Vilariño, después, recordaron que en todo momento sí hicieron mención a que la obra había sido posible por un pacto con el PP. "Creo que durmieron mal por la noche que hizo", dijo Vilariño, a lo que Crespo, sorprendentemente, respondió levantándose de su butaca y amenazando con dejar el pleno. Finalmente lo reconsideró y su compañero José Antonio Rodríguez, el único que también se levantó, volvieron a sus escaños. "Que yo sepa no insulté a nadie", remarcó Vilariño, que además expuso que en la reunión con los vecinos de Xesteira les dijo que la obra se hacía por acuerdo plenario y que habían hablado con todos menos con el gobierno. "Lo único que negaron es que hablasen con Juan José Cruz", dijo. "Sean legales", expuso Crespo, al indicar que el gobierno habló sin motivo del elevado coste del consistorio cuando presentó, esta semana, la obra de la plaza anexa al edificio público. "Tenemos la intención de seguir pactando con ustedes, agradecimos los acuerdos con el PP, pero a veces son muy sensibles", finalizó el alcalde.

Ya con los ánimos más calmados entró en escena Juan José Cruz, que ya había reprochado al PP su unión con el gobierno en el proyecto de la plaza. Su desavenencia puntual ayer se convirtió en un ataque a los populares por su forma de ejercer la oposición y llegó a cuestionar temas puntuales de Crespo como alcalde, relacionándolos con temas personales suyos como haber dejado de lado a afectados por las obras de la AP-53 en los pagos del justiprecio por ocupación de fincas. "Me siento orgulloso de que os pongáis a hablar veinte tránsfugas", declaró en alusión a los representantes de cuatripartito y PP, antes de arrogarse las obras de la calle Xesteira. Sobre la Praza de Galicia dijo que quizá podría haber intereses en que este proyecto saliese adelante. Aunque finalmente invitó a los populares a sentarse con él -también lo propuso al gobierno para asuntos generales- para ver la posibilidad de presentar contenciosos ante la justicia por los incumplimientos plenarios del gobierno, Cruz dedicó parte de su intervención a arremeter contra el PP. Resaltó que los populares estarían perdiendo parte de sus bases por una estrategia equivocada y cuestionó por qué ninguno de los proyectos que propuso en los últimos tiempos salió adelante. Dijo que en cierto modo este escenario denotaba "enfermedad mental del alcalde". Cuiña le preguntó si mantenía sus palabras y le espetó: "como decía don Manuel [Fraga],¿comparado con quién?". Cruz cuestionó, también lo había hecho el PP, el desinterés del ejecutivo por acometer traídas o saneamientos y desautorizó reformas en centros sociales como los de Palio o Prado. También reivindicó que él presentó, quizá por primera vez en la historia, una propuesta para advertir de las consecuencias de la sequía. Tras ser advertido por el secretario municipal de que debía ceñirse a la orden del día, concluyó su intervención.

Acto de la policía

Otro reproche del PP, sí admitido en este caso por el alcalde, llegó cuando Crespo cuestionó que su grupo fuese invitado dos horas antes al acto de homenaje a los policías locales, cuando ya estaba previsto desde hacía más de una semana. Cuiña dijo que el acto corrió peligro de celebrarse por una circunstancia personal de uno de los agentes y que finalmente sí pudo programarse. "Ya pedí disculpas por la premura, pero no piensen que no queríamos que el PP estuviese".