Móvete salió al paso de la indignación del alcalde José López Campos con el nuevo retraso sufrido por las obras de humanización de la Zona dos Viños de A Estrada -que obliga a dar una nueva prórroga- exigiéndole que "explique quién va a asumir las consecuencias de la pésima planificación de las obras": la "empresa, la Xunta, el propio alcalde" o "los propietarios de los locales".

Critica "la irresponsabilidad" del regidor. El partido que lidera Mar Blanco tacha de "patético" que "espere hasta el último día de plazo para el remate de las obras" para mostrar su indignación. "Cualquier persona que durante este mes pasase por la zona podía comprobar que la obra no avanzaba al ritmo espe-rado para rematar el trabajo en plazo". "Durante las dos primeras semanas" solo contaba "con un par de trabajadores", apostilló. Móvete señala que "el bajo ritmo al que empezó la obra" y su "falta de planificación" hizo "temblar a los propietarios de los locales, que veían cómo se aproximaban las fietas navideñas sin que la obra cogiera traza de rematarse el día puesto en el papel, el 24 de noviembre".

No ve "de recibo que a pesar de la intranquilidad" de los hosteleros, López "esperase hasta el último momento". Le insta a "resolver la situación cuanto antes y explicar quién va a responsabilizarse de las consecuencias originadas por la mala planificación" de los trabajos. Exige responsabilidades por no cumplir el proyecto anunciado hace un año, abarcando 650 metros de la Travesía de Vea y la Travesía da Igrexa, que se pavimentarían con piedra natural del país con una franja central de madera tecnológica de 1,45 metros de ancho; colocándose 4 bancos con maceteros de piedra y dos maceteros sueltos en la zona central, instalando un árbol por macetero y entre 68 y 69 microfocos de led de colores. Se pregunta quién es responsable de que no se cumpla en tiempo y forma.

Recuerda que la obra se adjudicó a través de un procedimiento negociado sin publicidad en el que Desmaco fue adjudicataria porque rebajó 20.000 euros el precio, dejándolo en 103.000 euros, y redujo el plazo de ejecución a 30 días, valorándose el control de calidad. Se pregunta van a asumir responsabilidades la empresa por incumplimiento de contrato; la Xunta por deficiencias en la adjudicación; el alcalde por "anunciar a bombo y platillo una obra que no se va a cumplir en su totalidad ni en tiempo ni en forma"; o los hosteleros, "perjudicados en plena temporada de las fiestas navideñas".