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Sabucedo aloita fuera del curro

La sequía y la maleza obligan a Rapa das Bestas a recluir más caballos que nunca en cierres - Los équidos bajan en busca de agua y alimento - El colectivo mantiene su apuesta por un gran cierre en el monte

Équidos encontrados en una finca.

Son libres por tradición. Los caballos que integran las manadas de O Santo llevan siglos pastando y trotando sin freno por los montes que circundan la parroquia estradense de Sabucedo. Siempre ha sido así. Los integrantes de la asociación Rapa das Bestas saben dónde ir a buscarlos cuando deben salir a su encuentro pero lo habitual y deseable es que estos caballos se mantengan en el monte. La cosa cambia cuando este no ofrece mucho para su sustento, situación en la que estas cabezas de ganado descienden en procura de alimento. Es aquí donde empiezan los problemas. En su búsqueda de comida los équidos invaden fincas particulares y se aproximan a las carreteras. Este es el mayor quebradero de cabeza de quienes luchan por mantener intacta esta ancestral tradición y una de las principales explicaciones de que siempre se diga que la Rapa no es solo tres días de fiesta sino los 365 días del año. Sabucedo aloita de enero a diciembre.

Este otoño atípico está complicando, y mucho, la situación para los de Sabucedo. La sequía está haciendo mella en el monte, donde la bebida y el alimento son ya muy escasos. A mayores, la excesiva maleza existente en parte importante de la superficie forestal que habitan estos caballos hace que algunas zonas sean impracticables para estas manadas. "No dan entrado", explica el presidente de Rapa das Bestas, Henrique Bazal. "Hay que desbrozar", añade. El Cávado y montes de Souto o Insuela registran esta situación, convirtiéndose también en todo un polvorín si se ciñe sobre ellos la amenaza de incendio. "Es combustible para arder", reconocen desde Rapa das Bestas, recordando que el Cávado ardió entero en el año 2006, perdiendo Sabucedo una manada entre las llamas y dando por desaparecida otra de las que habitaban esta zona. "Ahora hay mucha más maleza que en 2006", informa.

La situación ha llegado a tal extremo que los cierres pensados para las bestas ladras, como se conoce en Sabucedo a los ejemplares que bajan del monte e invaden propiedades particulares, están en estos momentos están más poblados de lo recomendable. Henrique Bazal calcula que serán medio centenar ya las cabezas recluidas en estos cercados, hasta donde la asociación conduce a los équidos para que pasen allí una temporada antes de poder devolverlos al monte.

En estos momentos Rapa das Bestas tiene habilitados dos cierres para estos caballos. Uno es el de O Castelo, zona a la que se llevan los caballos antes de ser conducidos al curro en los días de la Rapa. A mayores, la asociación cuenta con otro cierre en O Curuto, dividido en varias partes. Lo habitual es que los caballos no desciendan del monte hasta bien entrado el invierno, hacia finales de diciembre o en enero, de manera que suelen permanecer recluidos en estos cierres hasta la primavera, cuando el alimento vuelve a florecer. Así se evita que "reincidan" y vuelvan a invadir propiedades.

La situación actual hace que en las últimas semanas integrantes del colectivo que impulsa la única Fiesta de Interés Turístico Internacional de A Estrada no puedan bajar la guardia. Ni por un momento. Y es que un fin de semana sí y otro también están teniendo que acudir a distintas zonas alertados por la irrupción de ejemplares de las manadas de O Santo en fincas particulares. Ello vuelve a poner de manifiesto la importancia que para esta cabaña tiene la creación de un cierre perimetral en los montes que habitan, tratando de evitar problemas con particulares o impidiendo el peligro de que estos animales lleguen a la carretera.

Pendientes de reunión

Hace tiempo que Rapa das Bestas planteó este proyecto. Sin embargo, para sacarlo adelante no basta con el impulso de los de Sabucedo. La agrupación pidió ya la implicación del Concello y desde hace tiempo se mantiene a la espera de que se fije fecha para una reunión con la Consellería de Medio Rural ,a fin de hacer partícipe a la Xunta de Galicia de esta aspiración. La idea es plantearle un cierre de casi 3.000 hectáreas de superficie que afecta a montes de cuatro concellos: A Estrada, Cerdedo-Cotobade, Campo Lameiro y Cuntis.

El cierre sugerido por Rapa das Bestas se construiría con malla ganadera y contaría, en base a las primeras estimaciones, con siete u ocho pasos canadienses, zonas que permitirían el acceso rodado al monte por varios puntos pero que, si se conservan como deben, no cruzarían los caballos. Además, se entiende que esta apuesta podría compatibilizarse con distintas formas de aprovechamiento silvopastoril de la amplia superficie que se delimitaría.

Para hacer frente a la inversión que requiere la construcción de este cierre, Rapa das Bestas precisa de la implicación y el asesoramiento de las distintas administraciones. Los de Sabucedo muestran arrojo en el curro y constancia en el cuidado de una tradición que ha pasado de generación a generación. Sin embargo, en este empuje para que los caballos de O Santo corran libres sin invadir fincas ni viales necesitan que alguien aloite a su lado.

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