A principios de septiembre, la Consellería de Medio Rural activó por segundo año un plan de vigilancia y control de la avispa asiática, en función del que los concellos o bien tienen medios propios para retirar las colmenas gracias a los GES (es el caso de Lalín, que abarca a Dozón, Rodeiro y Vila de Cruces), o bien cuentan con Protección Civil y una pértiga adecuada (como Agolada) o, por último, se ponen en manos de la Consellería de Medio Ambiente, como ocurre en Silleda. Pero la proliferación de colmenas es tal que los vecinos siguen esperando días, cuando no semanas, para que se elimine el nido. Ocurre con un avispero sobre un árbol -es el lugar favorito de la Vespa velutina-, al lado de un camino en Rosende, en la parroquia silledense de Ponte, y con otro, también en las ramas, en Outeiriño, en San Pedro de Losón y muy cerca de una vivienda. Sus residentes han llamado ya al Concello, al 012, al 112 "y hasta a Moncloa y a Génova, y hasta les he dicho qué cuanta gente debe morir para que hagan algo", relata, desesperado, el vecino afectado de este lugar.

Ahora, en otoño, es la época idónea para neutralizar las colmenas, antes de que las futuras reinas abandonen el nido y se instalen en huecos de árboles para hibernar, una vez que ha muerto ya la vieja reina fundadora y las obreras. No se aconseja deshacer los nidos a tiros, porque eso solo sirve para dispersar a las avispas y, en caso de que muera la reina, permitir que las obreras puedan volverse fértiles. Hay que neutralizarlos al amanecer o al atardecer, cuando toda la colonia está dentro.