El Concello de Lalín pondrá en marcha un estudio técnico con la finalidad de buscar el motivo por el qué no hay agua caliente en las duchas del vestuario de las piscinas. El teniente de alcalde, Nicolás González Casares, asegura que este problema se debe a la acumulación de usuarios en un momento determinado y que tiene "una difícil solución a corto plazo" y que ésta pasa por la desviación del suministro de la caldera de gas -que da servicio a la zona del gimnasio- a la piscina.
Casares, conocedor de esta situación hace un año, hace hincapié en las dificultades que hay para poder subsanar este problema, sobretodo a nivel económico. Explica que "durante las 90 horas semanales que funciona el complejo, puede ser que en una concreta, cuando hay más afluencia, pueda salir el agua fría". El concejal indica que esto pasa porque la caldera de pellets que se colocó para abastecer al espacio de la piscina no tiene capacidad suficiente. Esto, por ejemplo, no ocurre con la caldera de gas que suministra al gimnasio de Lalín Arena y sus vestuarios. Casares asegura que ya se ha cambiado en tres ocasiones la caldera de la piscina, eso sí, cuando estaba José Crespo en la alcaldía. De ahí que el problema ya venga de inicio y ahora subsanarlo sea muy costoso.
Fueron los padres de los niños asistentes a un curso de natación los que en reiteradas ocasiones se quejaron de lo ocurrido. Cabe destacar, que los pequeños tras acabar su actividad, realizada los martes, tienen que ducharse la mayor parte de las veces en agua fría. Algo, que según el concejal socialista, no ocurre con asiduidad.
Si bien, la solución es compleja, como un nuevo cambio de caldera no es viable para la administración local, la alternativa es una desviación desde la caldera de la zona del gimnasio. Pero el edil asegura que se trata de "un proyecto muy complejo porque hay una separación considerable". Mientras tanto, desde el Lalín Arena se solicitará a los adultos que estén en ese horario en la piscina para que utilicen las duchas del vestuario del gimnasio, facilitando el suministro a los más pequeños. Además, intentando averiguar cual es el problema que lleva a que el agua salga fría, el Concello ya ha revisado la vávula mezcladora de la caldera que habitualmente daba problemas.
Si bien, Casares defiende también que el agua de los vasos de la piscina está dentro de la temperatura reglamentaria, es decir, entre los 23 y 30 grados que debe estar. De hecho, asegura que la temperatura en la piscina lalinense oscila cerca del límite superior, acercándose a los 27 ó 28 grados. Entiende que es posible que con la llegada del invierno se pueda notar el agua más fría pero que no hubo ninguna variación con respecto otra época del año.
