La política forestal de la Xunta en relación a los incendios forestales se coló ayer en el debate plenario con tres mociones -gobierno, PP y Cruz-, de las que se arrancaron conclusiones más o menos positivas. La primera, y pese a la discrepancia de algunos profesionales contrarios a la existencia de brigadas municipales, es que el Concello volverá a disponer de un retén para la campaña contra incendios. También se habilitarán al menos cuatro zonas más de captación de agua y se acondicionarán si fuese preciso otros tanques existentes. Pero además el gobierno anunció la elaboración de un informe para evaluar el estado de riesgo de incendio que presentan los núcleos para determinar si existe un cumplimiento en la obligatoriedad de mantener limpias las zonas próximas a viviendas. La ley gallega, dice que los vecinos deben limpiar sus propiedades y si no es así, el Concello asumirá los trabajos y luego los repercutirá al propietario. Al debatirse y votarse las tres mociones en conjunto, Casares aprovechó para atribuir uno de los problemas de los fuegos al crecimiento de la masa forestal, exponiendo que ésta se había duplicado en los últimos 70 años y que esto, añadido al abandono del rural, era algo a tener en cuenta. Aunque el término municipal no es uno en los que más proliferaron especies pirófilas como el eucalipto, el teniente de alcalde sí llamó la atención sobre el desinterés de la Xunta por impulsar una política forestal con recursos para la prevención y no solo para extinción y citar el acuerdo del Gobierno central para mantener plantas como la de Ence que precisan estas especies para su actividad empresarial. Cruz, además de pedir retenes y puntos de captación de agua, dijo que era necesaria una profesionalización del servicio.

Crespo, por su parte, manifestó que el desarrollo de una política forestal era necesaria y solo podía fraguarse dentro de un gran pacto político "porque toca a un tema sensible como la propiedad". Tras recordarle Casares que estaba admitiendo el fracaso de la política de la Xunta, preguntó porque el Concello dio vacaciones a conductores de la motobomba cuando en otoño hubo incendios. El edil de Rural, Miguel Medela, replicó que las altas laborales eran para los meses de verano. "¡No íbamos a dar vacaciones al empezar el contrato en julio!", remachó. Cuiña acudió a las palabras del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, cuando en la época del bipartito autonómico dijo "con nosotros no moría gente en los incendios y con ustedes, cuatro personas". Y pidió que ningún partido usase este tema para hacer política.