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Más de 630 niños de Infantil y Primaria se quedan a comer en sus centros

El 38% del alumnado de los colegios de la comarca utiliza el servicio de comedor escolar

En A Estrada, el de Nuestra Señora de Lourdes es el más concurrido, con unos 160 comensales - En los de Codeseda y Soutelo almuerzan todos los estudiantes - El centro de Vea es el único que no lo oferta, por falta de demanda

Usuarios y personal del comedor del colegio de Figueiroa, el pasado mes. // Bernabé/Ana Agra

Nueve de los diez colegios de A Estrada, Forcarei y Cerdedo disponen de servicio de comedor, del que hacen uso más de 630 alumnos, el 38% del total de 1.668 matriculados. Algunos son de gestión directa del centro, de otros se ocupan las Asociaciones de Padres y Madres (Anpas), pero todos ellos hacen una necesaria y demandada labor en favor de la conciliación de la vida laboral y familiar.

El comedor del colegio de Figueiroa es gestionado directamente por la ANPA. Aunque el número de niños que utilizan el servicio fluctúa, hay meses que supera los 80 usuarios (el 18,3% del total de su alumnado). Mediante un sistema de catering, todos los días recibe comida, que guarda en las neveras para servir al día siguiente. Funciona de 14 a 16.30 horas, con dos turnos de salida. El precio para los socios de la ANPA es de 88,90 euros -incluye un descuento del 25% que no es aplicable a usuarios que no pertenezcan al colectivo-. Los padres y madres gestionan también el Plan Madruga que, de 7.30 a 9.00 horas ofrece servicio de desayuno, utilizado por unos 25 niños. Además, cuenta con un servicio de custodia para estudiantes que desayunan en casa, pero esperan en el centro antes del inicio de las clases. Está activo de 8.00 a 9.00 horas. En el primer caso, el precio del servicio es de 38,91 euros al mes si se acude todos los días. La tarifa por la custodia es de 28 euros mensuales.

El comedor del colegio Pérez Viondi también es gestionado por la ANPA y la comida es aportada por una empresa de catering. Está operativo de 14.15 a 16.00 horas y a él acuden 69 niños, el 16% de los matriculados. El colectivo lleva también el Plan Madruga, que de 7.15 a 9.15 horas atiende a 25 usuarios. Desde el curso pasado ofrece también el Plan Concilia, de 16.00 a 18.00 horas, cuando finalizan las clases. Cuenta con una docena de alumnos con posibilidad de merienda.

El comedor del colegio concertado Nuestra Señora de Lourdes, de gestión privada, es el que más niños registra, con entre 150 y 160 -aproximadamente el 58% de su alumnado, incluido el de Secundaria-. Tiene cocina propia, con dos cocineras, y de servir se encargan profesores y monitores. Con horario de 13 a 15 horas, se organiza en dos turnos: primero comen los de Infantil y Primaria y, a continuación, los de Secundaria. El precio mensual por niño es de unos 100 euros, pero el centro tiene establecido un sistema de apoyo a las familias para garantizar que ningún niño se quede sin comedor por cuestiones de índole económica.

Los centros rurales

En el rural estradense, todos los centros educativos disponen de servicio de comedor excepto uno. El colegio Manuel Villar Paramá, de Vea, en el que estudian 95 niños, no ofrece el servicio por falta de demanda suficiente. Según apuntan desde la directiva de la ANPA, su intención es repetir la encuesta realizada hace un tiempo a los padres para conocer si existe interés por parte de las familias por implantarlo.

Por su parte, en el Cabada Vázquez, de Codeseda, se queda a comer el cien por cien de sus 77 alumnos. Su comedor, con cocinera y ayudante, es de gestión directa y en él los profesores ayudan como colaboradores. Los viernes, sin clases por la tarde, los niños también comen en el colegio.

En O Foxo, el servicio está gestionado por la ANPA y la comida la aporta una empresa de catering, que para servir tiene contratadas a algunas madres. Solo hay servicio de comedor los lunes y miércoles. De los 104 alumnos del centro, se quedan a comer entre treinta y treinta y cinco. Su menú diario cuesta 4,50 euros. El pasado verano, la ANPA sondeó a los padres para conocer si estaban interesados en abrir el comedor también los martes y jueves, días sin clases por la tarde, pero con actividades extraescolares, pero no la propuesta no tuvo éxito.

El comedor del colegio de Oca, de gestión indirecta, también funciona mediante servicio de catering, cuya empresa adjudicataria aporta dos monitoras, a las que se suma la directora del centro como colaboradora. Cuenta con 41 plazas asignadas por la Xunta, que habitualmente son ocupadas por entre 38 y 40 niños, de los 68 matriculados.

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