La corporación de Silleda celebrará este viernes. a las 10.00 horas, un pleno extraordinario para aprobar de forma definitiva la cuenta general del año pasado, un documento que debería remitirse al Tribunal de Cuentas antes del pasado día 15 y que también tienen pendiente otros dos municipios dezanos: Lalín y Dozón.

La cuenta general permite conocer cómo se ha gastado el presupuesto durante el ejercicio y de cuánto dinero dispone al final del mismo. Es clave el concepto de remanente de tesorería, que es lo que queda de restar al dinero en bancas y cajas y a los derechos pendientes de cobro las obligaciones pendientes de pago. En el caso de Silleda, por tercer año consecutivo muestra una solvencia positiva, que alcanza en 2016 los 542.727 euros. La cifra fue creciendo desde 2014, cuando mostraba un remanente de 196.112 euros, que al año siguiente alcanzaba y los 389.748. El alcalde, Manuel Cuiña, hace hincapié en que estos resultados son posibles gracias "a la contención de gasto y las políticas de ahorro". De hecho, después de recuperar las riendas del concello, el gobierno socialista tuvo que cerrar 2012 con un remanente negativo de -635.513 euros, que en 2013 ya se rebajaron a los 396.327, también negativos. Si el remanente de tesorería es positivo, se puede utilizar para realizar modificaciones presupuestarias, pero si es negativo, la administración tiene que elaborar un plan financiero para recuperarlo en el año siguiente.

Este remanente positivo va a permitirle a Silleda, precisamente, cubrir parte de los intereses pendientes de la deuda con Indeza. Un auto judicial obliga al ejecutivo local a abonar todos los intereses pendientes (más de 500.000 euros) en el presente año, de modo que Silleda tendrá que abonar 208.000 euros más de los que tenía presupuestados para esta cuestión. Cuiña explica que este remanente "permite hacer frente a esta nueva sentencia judicial del caso Indeza".

El Concello de Silleda ya abonó en los últimos años la deuda principal de un pleito histórico que se arrastraba ya desde la década de los años 90. En 2008, un año después de un fallo judicial que condenaba al Concello a abonar este pasivo, el gobierno socialista llegó a un acuerdo con la empresa para que la deuda se rebajase de los 854.937 euros iniciales a los 790.000, incluyendo la compensación de tasas por el vertedero de Campomarzo. Se decidió que el primer pago sería de 454.091 euros por las obras de Avenida do Parque, y que habría tres abonos más repartidos en septiembre de ese mismo año, en 2009 y 2010. Pero con la moción del censura de octubre de 2009 y el posterior relevo en el gobierno, el ejecutivo con Ofelia Rey en la Alcaldía no hizo ningún tipo de abono, de modo que se tramitó una nueva demanda judicial que derivó en esos 560.000 euros de intereses de demora.

Obras de los años 90

Silleda solicitó el aplazamiento de los pagos, pero ahora tiene que liquidar la deuda pendiente si quiere evitar sanciones. Pese al fallo que obliga a pagar todos los intereses antes de que venza el año, Cuiña se muestra optimista. "Ésta es la última de las muchas sentencias por impago que heredamos cuando llegamos a ese concello. Hoy, por fortuna y gracias a que la gestión económica se está haciendo bien, estamos en condiciones de asumir este imprevisto judicial. Aún afrontando este pago de algo más de 200.000 euros con el que no contábamos este año, seguimos manteniendo un resultado más que positivo si lo contrastamos con ejercicios anteriores", concluye el regidor. Hay que apuntar que el año pasado, la Diputación le concedió a Trasdeza un préstamo sin intereses, por importe de 202.500 euros, para afrontar parte de ese más de medio millón de euros de intereses de demora.

Indeza fue uno de los mayores acreedores del concello de Silleda. La deuda que arrastra el gobierno local se refiere a obras realizadas entre los años 1994 y 1996, durante la etapa de Juan Salgueiro en la Alcaldía.