Callobre desempolvó los recuerdos y regresó a las aulas por un día. La iniciativa puesta en marcha por un grupo de exalumnos de la antigua escuela de esta parroquia estradense para volver a reunirse medio siglo después de que el centro echase el cierre, fue todo un éxito. Un total de 140 personas se dieron cita ayer en la primera comida de confraternidad, que se celebró bajo una carpa contigua a la escuela, ahora convertida en teleclub.

En el encuentro participaron miembros de varias generaciones, reuniéndose incluso padres e hijos. Exalumnos con edades comprendidas entre los más de ochenta años de los más mayores y los alrededor de 55 de los más jóvenes. Cada uno con sus particulares recuerdos, pero todos, con un nexo común: las aulas que durante años rigieron los docentes Vicente Romero Gorriti -en la sección de hombres- y Claudina Soto Fagín -en el grupo de mujeres-. "Nadie de los presentes recuerda a ningún otro maestro aquí", apuntaba ayer una de las exalumnas, momentos después de realizar una foto de grupo a las puertas de la antigua escuela.

Momentos antes de la comida, los asistentes se congregaron en el interior del centro, que se ambientó para la ocasión con materiales escolares antiguos, como un pupitre prestado por el Concello de A Estrada y procedente del Muso do Pobo Estradense, según señaló Gumersindo Pereira, uno de los promotores del encuentro. Fueron varios los que quisieron sentarse en él e incluso ponerse la bata típica escolar para inmortalizar el momento y llevarse un recuerdo a modo de fotografía. La exposición se completó con una vieja mesa, una máquina de escribir, un transmisor de radio, una esfera, un encerado cedido por el vecino de Rubín Julio López y un mapa de España, así como un libro, tizas y un borrador. Una pequeña muestra de fotos antiguas de la escuela completó la recreación.

Tampoco faltaron las anécdotas, como la asistencia del locutor radiofónico Moncho Lemos, que nació en la planta superior de la antigua escuela, la zona reservada para la vivienda de los docentes. Su abuela, Claudina Soto, era la maestra. "Siempre tuve la idea de que había nacido en A Estrada, pero biológicamente nací aquí", explicó a FARO el conocido locutor, quien pudo visitar la habitación en la que su madre le trajo al mundo.

Durante la comida de confraternidad -a base de empanada, pulpo, carne ó caldeiro, postre y café- sonó música ambiental de la época de los cincuenta en adelante. Tras la sobremesa, actuó el cantautor vecino de Callobre y también exalumno Severino Gómez Neira que, además de temas propios, interpretó la pieza "Negra Sombra", "en recuerdo de los que no pueden estar hoy aquí", dijo.