Marité salió ayer por la mañana de su domicilio de Prado para comprar azúcar para su desayuno a la tienda que hay unos metros más arriba de su casa, al otro lado de la N-525. La mujer bajó por la acera charlando con una vecina, como otra jornada cualquiera, hasta llegar a la altura de su casa, el número 52 de la travesía. En el momento de cruzar hacia su puerta fue arrollada por una máquina agrícola que se incorporaba a la nacional desde la carretera de O Corpiño. María Teresa Pereiro Taboada, de 78 años, pereció prácticamente en el acto a consecuencia del tremendo impacto contra el frontal metálico y dentado del carro mezclador. Su conductor, M.O.A., dio negativo en los test de alcohol y drogas.

El atropello mortal tuvo lugar en el kilómetro 298 de la N-525 hacia las 10:50 horas. Dos conductores que pasaban por la zona -uno de ellos circulaba unos metros más atrás de la máquina agrícola- fueron los primeros en acercarse a la víctima y parar los coches que bajaban en sentido Santiago para evitar que pasasen sobre el cuerpo, aparentemente ya inerte. "Quedó tirada en medio del carril, sin moverse", relata Luis -uno de estos primeros testigos y vecino del municipio de Lalín-, que cree que la víctima se mantuvo con respiración unos minutos. Él fue quien avisó al 061.

Dos agentes de la Guardia Civil de Silleda fueron los primeros en personarse en el lugar y, apenas diez minutos después del siniestro, llegó una ambulancia de la firma Ambuibérica y luego otra asistencial del 061. Al llegar al punto solo pudieron certificar la muerte de la mujer. También fue movilizado personal sanitario del ambulatorio de Lalín. Urgencias Médicas llegó a activar incluso un helicóptero con base en Santiago, pero anuló su desplazamiento tras recibir la confirmación de la muerte. Guardia Civil de Tráfico, Policía Local de Lalín, GES de Lalín y Bomberos de Deza realizaron tareas de organización del tráfico rodado y de limpieza de la calzada. Un carril se mantuvo más de una hora cortado, hasta que el cadáver fue retirado al arcén, cerca del mediodía, antes de su levantamiento y traslado a Santiago de Compostela para la realización de la autopsia.

María Teresa Pereiro Taboada vivía sola en su casa de Prado y tenía dos hijas -una residente en Lalín y otra en Venezuela, en donde vivió la familia y en donde murió su marido- y dos nietas. La finada era tía de Amalio Cortizo, muy vinculado al Club Balonmano Lalín, del que fue entrenador y presidente. De carácter muy vital y socialmente activa, Marité formaba parte de la Coral Polifónica Trasdeza, cuyos miembros lamentaban ayer profundamente su trágico fallecimiento y barajaban realizar un acto en su memoria. Su capilla ardiente fue instalada en el Tanatorio Lalín, desde donde partirán hoy, a las 18:00 horas, sus restos mortales hacia la iglesia de San Martín de Prado para su funeral y posterior inhumación en el cementerio de la misma parroquia.

Travesías sin pasos de cebra

El de la septuagenaria de Prado es el segundo atropello mortal del año en Deza, tras el sufrido por una cruceña en un paso de peatones en O Camballón. La travesía de Prado -igual que otras de la N-525- carece de pasos de cebra y, de hecho, ya se han producido allí varios incidentes graves con peatones, como recordaban ayer distintos vecinos de la parroquia.