El peligro de atropellos en la N-525 se acrecentó durante las últimas noches en el tramo comprendido entre los núcleos urbanos de Lalín y Silleda por falta de iluminación pública. Las farolas permanecieron apagadas varias noches y, de hecho, los propios vecinos de Prado manifestaban ayer sus quejas. Uno de ellos había dado aviso telefónico la víspera al Concello de Lalín y desde el departamento de Rural se transmitió a la empresa concesionaria, que dispone de 24 horas para atender estas emergencias. Ayer inició las tareas para la reposición del servicio.

Mancha de aceite

Por otro lado, Tráfico se desplazó ayer al kilómetro 2,4 de la PO-533 (Lalín-Rodeiro) tras recibir un aviso de aceite en la calzada. Los agentes alertaron al 112, que movilizó a los bomberos del Parque Intercomarcal, aunque éstos no llegaron a intervenir. En todo caso, el líquido no produjo ningún incidente reseñable.