Lo vecinos de las parroquias de Refoxos, Laro y Oleiros no pasaron una de sus mejores noches. La proximidad de las llamas a las casas hizo que más de uno se preparara por si los servicios de extinción eran incapaces de controlar el fuego. Tal y como reconocen los vecinos de Laxe, un lugar de la parroquia de Oleiros. No más de 15 vecinos que pasaron la noche en vela mientras veían como su monte se quemaba. Durante la noche, al ver que el incendio pasaba de Refoxos a su parroquia, se apresuraron para mover toda la maquinaria que estaba en la cima del monte para bajarla y resguardarla en las casas. "Hasta las cuatro de la mañana estuvimos moviendo maquinaria", reconoce uno de los vecinos. "A las ocho ya estábamos en pie, y dormir no dormimos mucho", dice. Una vez en pie, decidieron llenar sus cubas con agua por si llegado el momento las llamas se acercaban a las casas.

En todo momento los vecinos estaban en contacto tanto con bomberos forestales como con los agentes para conocer de primera mano la situación y saber si había la posibilidad de que el fuego se acercase a las casas. Aunque esto no fue así, sin duda el peligro se sintió muy cerca, apenas 100 metros separaban las llamas de las viviendas. Para colaborar, algunos vecinos decidieron regar los prados para impedir que el fuego continuase. Desafortunadamente tampoco contaban con gran cantidad de agua por culpa de la seca, pero llegarían a utilizar purín si fuese necesario, reconocen.

Por su parte, vecinos de O Carballo, otro lugar de Oleiros al pie de la carretera y más alejado del monte, explicaban que para ellos la situación había sido mucho más fácil. Reconocen que por la noche no escucharon a los medios trabajar en la zona, pero que por la mañana temprano las sirenas y el ruido de los helicóptero se sucedieron.