La sequía muestra estampas inéditas de ríos, embalses y fuentes. Un buen ejemplo es el cauce del Deza a su paso bajos los emblemáticos puentes que unen las parroquias de Taboada (Silleda) y Prado (Lalín). Justo al pie de uno de ellos, el de la línea de ferrocarril Zamora-A Coruña, todavía pueden observarse un par de vagones del tren de mercancías que se precipitó al río cargado de motos y conservas en la década de 1970, como recuerda el investigador lalinense Daniel González Alén. Los amasijos de hierros que, transcurrido casi medio siglo, siguen contamnando el cauce fluvial son mucho más visibles estos días dado el bajísimo nivel del agua. La estampa llama la atención de muchos peregrinos que transitan por la contigua Vía de la Plata.