Bien es cierto que la parte más "humana" de las personas aparece donde y cuando menos te lo esperas. Sino que se lo pregunten a Lina Doblas y Miguel Santos, y sobretodo a su hija María, que a pesar de ser de Santa Coloma de Gramanet (Cataluña) encontraron en Deza un refugio durante unos días, concretamente en el Hostal Galicia de Agolada.

María es una pequeña que está luchando contra una isquemia cerebral, una reducción del suministro de sangre al cerebro que, al interrumpir el flujo de oxígeno y nutrientes necesarios, causa ataques epilépticos. Los problemas de la pequeña aparecieron nada más nacer, prematura, sufrió una meningitis, así como un ictus y un derrame cerebral que le dejaron grandes secuelas. En un intento por luchar por la vida de la niña de aún no tres años, los padres dejaron sus respectivos trabajos para dedicarse exclusivamente a ella, "es una lucha continua" señala la madre. A pesar de vivir en Cataluña conocieron el Centro Sanitario Foltra de Santiago de Compostela, una clínica "de las mejores de España en neurología", reconoce Lina Doblas. Por esta misma razón, decidieron venir a Galicia para poder ingresar en el centro sanitario a su hija con la esperanza de que hubiera algún tipo de solución. Pero ante esto había un par de problemas, el coste de la clínica y un lugar para quedarse en Galicia en un inicio con unos recursos muy limitados.

Afortunadamente, la hija de Mª Dolores Blanc, que regenta el Hostal Galicia en Agolada, supo del caso de María y ofreció a Lina y Miguel quedarse como si fuera su propia casa en el negocio. La familia vino al municipio dezano a hospedarse unos cuatro días "en donde nos trataron como si fuésemos de la familia, algo que no olvidaré nunca", señala Doblas. Mª Dolores acogió a María, a su hermano mellizo Miguel y a sus padres, dándoles comida y hospedaje gratuitamente. "No podía cobrarle nada a esa niñita, era mi manera de ayudarles", reconoce Blanc. Mientras, Lina y Miguel realizaban las diferentes gestiones para poder ingresar a la pequeña en el centro sanitario en busca de una opción para María. Algo que han conseguido.

En la actualidad vive en la localidad de Teo con sus padres y desde que se ha tratado en la clínica "ha mejorado mucho, puede caminar, habla..." dice su madre, pero el camino de María, es muy largo todavía, las "crisis" que sufre por su epilepsia son continuas y muy graves. Por su parte, la única solución que ofrecen los médicos es extirpar una parte del cerebro, una operación muy complicada que dejaría unas secuelas muy grandes a la pequeña, como una ceguera o una invalidez. Lina no quiere creer que esta sea la única alternativa para su niña, y pide que se continúe investigando para continuar viendo mejorar a María, que ya ha dejado en su corazón un hueco para Agolada.