Otro investigador de la comarca, Daniel González Alén, también se hace eco de la sequía que desde hace meses se cierne sobre tierras y cauces dezanos. Semanas atrás, el Ulla llevaba tan poca agua que las truchas ya morían en Monterroso, y el Asneiro, que abastece a la villa de Lalín y a varias parroquias de ésta y de Dozón, también discurre muy por debajo del caudal de otros años.
Hay que pensar también en la presa de Portodemouros. La medición de este martes señala que su volumen de agua embalsada se sitúa en los 157 Hectómetros cúbicos (Hm3), es decir, el 52,8% de su capacidad total, que alcanza los 297. Su volumen descendió en 3 Hm3 en la última semana, y está por debajo tanto de la cifra del mismo período de 2016 (212 Hm3) como del promedio de los últimos 10 años (169 Hm3).
No obstante, e igual que ocurre con las mediciones de las estaciones meteorológicas, hubo situaciones peores: desde 2007, se dan otros cinco ejercicios en los que Portodemouros presentaba aún menos volumen de agua: el más extremo fue, precisamente, el de 2007, con sólo 118,34 Hm3 (el 39,8% de la capacidad total). El mejor dato corresponde a 2014, con 214,58 Hm3 en la misma semana (el 72,2%).
Desde Unión Fenosa, que explota el pantano para producir electricidad, se indica que la central original funcionó sólo 15 días en lo que va de año por las bajas aportaciones entrantes al embalse. La que sí funciona todos los días, las 24 horas, es la minicentral de caudal ecológico (CE), que asegura dicho caudal gracias a las reservas con que cuenta la presa.
