Hace ya más de cuatro años Concello y panaderos lalinense se sentaban para impulsar un proyecto en torno al pan; un alimento cuya fama traspasa fronteras. Tras varias propuestas y una puesta de largo modesta, administración y profesionales del sector preveían ir de la mano en búsqueda de un sello de calidad diferenciado, conscientes de que quizá obtener una Indicación Xeográfica Protexida (IXP) era más que complicado. Ya con el acutual gobierno se retomó una iniciativa de la mano de la asociación de profesionales locales que, presidida por Manuel Lalín, fue presentada por todo lo alto a finales de febrero del año pasado en un acto público en el Kilómetro Cero. Desde entonces nada se sabe de la comercialización del Pan de Lalín, una marca registrada por el Concello a comienzos del año pasado.
El responsable del colectivo de panaderos aseguraba a finales de junio que en semanas convocaría al sector para conocer su implicación real en el proyecto. Cuando se presentó la marca, hace ya 19 meses, se aseguró que eran una quincena las panaderías implicadas en el mismo, pero que se abriría a más profesionales con el objetivo de atraer mercado foráneo. La difusión de este alimento como una de las señas de identidad de la capital dezana no se está llevando a cabo como se preveía, porque cabe recordar que en mayo del año pasado el ayuntamiento ultimaba el diseño de las bolsas y la cartelería que se iban a distribuir de inmediato entre las panaderías asentadas en el término municipal con el fin de unificar la imagen corporativa de un producto para el cual se pretende conseguir, a medio plazo la denominación de origen. Tiempo después se daba en teoría otro paso, también incumplido, que tenía que ver con la realización de una campaña promocional para que el Pan de Lalín, bajo esta marca, llegase al mercado en el mes de septiembre del año pasado; es decir, hace ahora justo doce meses. Pero todas estas buenas perspectivas por el momento no han cuajado. Manuel Lalín aludiía hace ahora tres meses a los beneficios que supone juntar fuerzas y crear una imagen para vender dentr y fuera de la comarca, por eso sigue apostando por esta iniciativa, "pero necesitamos implicarnos los máximos posibles. También avanzó ideas como a creación de una página web ilustrativa e informativa, en la que el producto tenga promoción y esté al alcance de todos aquellos consumidores o la celebración de una feria de pan en el municipio.
Sea por falta de interés de los profesionales o porque todavía no se dieron las circunstancias para asentar definitivamente un proyecto que cuenta con el respaldo del Concello, lo cierto es que las aspiraciones iniciales semejan demasiado ambiciosas si se atiende a los acontecimientos. Un detalle muy ilustrativo fue la ausencia de panaderos locales o de la asociación sectorial en el primer mercado de productos de calidad del municipio Se é de Lalín, é bo, que tuvo lugar el pasado día 10 en el entorno del Kilómetro Cero con una decena de empresas. La próxima está programada ya para el día 8 de octubre.
