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Vacaciones extra cortesía de 'Irma'

Dos amigos lalinenses estuvieron retenidos cuatro días en Cuba a causa del huracán

Julio Pájaro muestra la foto de la estatua del cerdo con la maleza a causa del 'Irma'. // Bernabé/Luismy

No iba a ser un viaje normal, y ya no empezó con buen pie. La niebla obligó a cancelar el vuelo del 27 de agosto desde Vigo en el que el lalinense Julio Pájaro Castro y un amigo partían, como cada año desde hace más de una década, hacia Cuba. Tuvieron que despegar un día más tarde de Santiago y retrasar, consecuentemente, el vuelo desde Madrid.

Durante cuatro jornadas de su viaje, los amigos estuvieron en Varadero, epicentro del huracán Irma. A su regreso a La Habana, realizaron sus actividades habituales, aunque el ambiente no era el mismo. "Veías como las familias tapiaban las casas, como todo el mundo hacía compras, estaba todo muy raro", comenta. El pasado sábado, día 9, en el que tenían previsto tomar el avión de regreso, fue la peor jornada. "En La Habana había mucho aire, pero donde más afectó fue en Varadero, así que nosotros libramos por unos días", aclara. Pero de lo que no se libraron fue de cuatro días de vacaciones "extra" en la isla, pues no pudieron embarcar hasta el martes, día 12.

El paisaje de Cuba destaca por su exhuberante vegetación, que quedó arrasada y, a raíz de ello, los cables del tendido eléctrico también se cayeron. "Cuando ibas caminando por la calle veías todos los cables por el suelo e incluso postes de la luz", afirma Pájaro. Desde la casa privada en la que se encontraban en la capital, la dueña les facilitó todo lo posible; aún así, durante varios días se ducharon con cubos de agua, "pero era muy triste, porque no tenían nada, allí viven al día". Dos días antes de su regreso, en donde ellos se encontraban había vuelto la luz, aunque, según comentaban vecinos de la zona, había barrios que todavía seguían sin ella. "Eso para ellos supone una gran pérdida, porque con el calor, no tenían nada conservado, además de que solo tenían pequeños bidones de agua que no llegan casi ni para ducharse una persona", explica. Además, con las temperaturas, el agua que podían beber era caliente, "¡a 30 grados!".

Los días después del arrasante Irma fueron "jornadas muy duras", sobre todo, por la "pena que nos producían los residentes". Allí, los negocios son casi todos del Estado, pero durante varias jornadas estuvieron cerrados, ya que no disponían ni de luz ni de agua, algo que les supuso enormes pérdidas. Además, el vandalismo es algo que aparece en los peores momentos. "Cuando salías a la calle, había mucha seguridad por culpa de eso. De hecho, a una señora la mataron para quitarle el dinero que tenía en casa", informa Pájaro. Después de vivir esta experiencia, confirma que seguirá visitando el país, pero que espera no volver a vivir días de angustia como los de este año.

Estatua del cerdo

"No nos dio tiempo a nada, de hecho, como estoy acostumbrado a ir no le suelo sacar fotos a nada. Este año, cuando ya había pasado el Irma, saqué una captura a la estatua de un cerdo que me llamó la atención, porque no solo la hay en Lalín", afirma.

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