Salvador López Torres es de esas personas a las que les gusta hablar de manera pausada y en un tono bajo para hacerse entender. Este andaluz criado en Barcelona y afincado en Donramiro trabaja en el sector publicitario, pero lo hace desde su particular visión del mundo, donde el arte lo es todo porque no concibe las fronteras. Diseñador gráfico, prefiere que lo conozcan por ser multidisciplinar en su labor artística, y no rehuye la actualidad de su querida Cataluña horas antes de la Diada y después de la aprobación del referéndum ilegal por parte del Parlament.

-¿Qué fue lo que le decidió a cambiar la luz mediterránea de Barcelona por el intenso verde de la parroquia lalinense de Donramiro?

-Bueno, uno siempre busca calidad de vida. Barcelona me encanta y, de hecho, aunque viví a las afueras los últimos años, siempre me escapaba a las Ramblas porque allí estaban todas las tiendas de Bellas Artes. Siempre que podía paseaba por las Ramblas para experimentar esa película que te va entrando mientras las recorres. Yo siempre pinté y tenía claro lo que quería. Desgraciadamente soy más diseñador, publicista y otras cosas que pintor, pero por supervivencia. Yo estudié matricería industrial, empecé a trabajar, y por las noches estudiaba y asistía a todos los talleres que podía. Recuerdo un día, con 17 añitos cumplidos, trabajaba de día como ajustador matricero y por la noche estudiaba maestría. Al acabar pasé por Hospitalet y vi que habían abierto una escuela de estudios artísticos y comprobé que empezaban a las diez la noche, una hora ideal para mis intereses. El caso es que durante muchos años no dormía nada porque para mi grata sorpresa allí coincidí con todos los pintores de modo de aquel momento. Allí descubrí que lo que hacía era jugar.

-Oyéndole hablar de las Ramblas me imagino que lo sucedido allí el 17 agosto le tuvo que afectar de manera muy especial.

-Eso, junto a lo de Hipercor, que lo viví muy de cerca, claro que me dejó muy tocado. Cuando fue lo de Hipercor estaba por allí porque estaba visitando a clientes en esa zona. Por supuesto que te duele porque yo siempre he sido un luchador, yo era de los que gritaba amnistía, libertad y estatuto de autonomía delante de los grises. He luchado toda mi vida por aquello en lo que creía, pero pienso que esto es una forma salvaje. Sentí mucho dolor cuando vi las imágenes del atentado de las Ramblas. Yo lo comprendo todo, hasta al asesino, pero no quiero decir que lo excuse porque una cosa es comprender y otra muy distinta excusar. No excuso ningún acto violento. Date cuente de que en las Ramblas está todo el mundo, todas las razas y todas las clases de personas que puedas imaginar.

-¿Está siguiendo los acontecimientos que están sucediendo estos días en Cataluña?

-Mira, te cuento un caso. Ya viviendo aquí en el 2009 se celebró una especie de referéndum reivindicativo en Arenys de Munt. Al día siguiente yo estaba allí porque me había llamado un cliente para presentarme al nuevo director de marketing. Nos presentó, me encargó unos trabajos y fuimos allí a comer. Este hombre había sido asesor de Duran i Lleida y empezó a hablarme. Durante la comida le dije que parase porque yo siempre he defendido un mundo sin fronteras y el único himno que me pone es el de la alegría. Se lo dije así y me contestó que ese era el Himno de la Unión Europea, pero le insistí en que era de Beethoven siempre en un tono cordial. Yo soy partidario de que elijan, pero encuentro absurdo que se pongan fronteras en un mundo que actualmente camina hacia todo lo contrario.

-Entonces, ¿aprueba la realizan de la consulta catalana prevista para el próximo 1 de octubre?

-Creo que deben tener libertad para elegir. Que esté a favor o en contra es distinto. Yo creo que la unión de las personas es lo más importante. Yo creo que todo es una estrategia política porque mientras hablamos de eso no hablamos de Pujol y de todo lo que hay. Desviar la atención tanto le interesa al gobierno central como al catalán. Últimamente se habla mucho de Venezuela y de Cataluña. Por suerte o por desgracia, entiendo la comunicación porque me toca trabajar en ella. No le echo la culpa a los medios porque los respeto, pero sí ves que hay medios que hablan de una manera y otros de otra. Primero me creo la noticia y luego la interpreto.

-¿Ejerce de catalán en Donramiro o eso ya es un cliché superado?

-Es una pregunta muy graciosa. Yo creo que no ejerzo. Ya te digo que soy de, entre comillas, pago mis impuestos, y soy también de la gente cercana. A mi me gusta todo el mundo. Siempre digo que hay de todo en todas partes. En cuanto a la idiosincrasia, curiosamente, y aunque no lo parezcan, el gallego y el andaluz se parecen mucho. Creo. A nivel musical, por muy diferente que sean las melodías, son muy propios. Los gallegos son valientes a nivel empresarial y a todos los niveles. Y una vez que emprenden, sueltan esa valentía, pero luego ya parece que se vuelven tímidos, pero no es ningún defecto. Quiero dejarlo claro por si alguien se llama a engaño, pero eso es lo que he podido comprobar tanto aquí como en Cataluña.

-¿Le gusta que le llamen diseñador gráfico?

-Sí y no. He trabajado para agencias, para empresas como redactor publicitario, hice ilustraciones y demás. Yo me definiría como multidisciplinar porque utilizo el diseño y la pintura cuando lo creo conveniente, y al revés. Si ahora están de moda las acuarelas, pues me las hago.