La comitiva silledense que desde el pasado día 22 participa en los actos de hermanamiento con la comunidad francesa de Canéjan emprende hoy el viaje de regreso. Ayer fue la última jornada de excursiones. El grupo aprovechó para visitar Chateau Beaulou, un lugar histórico de la zona que sirvió de retiro a los monjes benedictinos. El viaje sirvió para ver las famosas Fontaines Bleues (fuentes azules) y la destilería de coñac que se encuentra en esa finca. A mediodía, el grupo se desplazó hasta Talmont, que está considerada como una de las villas más hermosas del país galo. La jornada remató con un concurso de postres que los silledenses elaboraron junto a las familias acogedoras. Así, los ya hermanos franceses pudieron degustar exquisiteces como orejas, rosquillas y otras sobremesas típicas del municipio trasdezano.

La concejala de Cultura, Ana Luisa González Costa, explica que esta semana de intercambio "fue una experiencia muy satisfactoria desde el punto de vista cultural". No en vano, esta estancia sirvió para visitar otros enclaves franceses, como la ciudad de Burdeos o el castillo de Puyfromage. La firma del hermanamiento fue el sábado y contó con la asistencia del alcalde trasdezano, Manuel Cuiña. Los trámites para esta colaboración arrancaron hace un año y, tras el cruce de visitas, Silleda despide con un "hasta pronto" a sus nuevos hermanos.