El paseo del río Pontiñas se encuentra en plena, y necesaria, renovación. Desde el pasado junio, una brigada específica y cuidadosamente seleccionada ha llevado a cabo trabajos de limpieza a lo largo del mismo, retirando la tierra acumulada en el cauce del río, talando árboles, recortando arbustos y eliminando especies de plantas invasoras, como la caña de bambú o la hierba de la pampa, cuya agresividad para el entorno se desconocía y resultan muy complicadas de suprimir. El alcalde, Rafael Cuíña, la concejala de Medio Ambiente, Celia Alonso, y el concejal de Rural, Miguel Medela, acompañados del jefe de la brigada de obras, Ramón Galego, convocaron una ruta -en coche, por cierto- por el entorno para comprobar el estado actual del mismo.

El análisis comenzó en la zona de la calle Arenal, donde los trabajos están experimentando una segunda actuación, retirando malezas y hierbajos. Parte de los desbroces que han sido realizados han atendido a razones de seguridad, al igual que la retirada de árboles o ramas caídas, por riesgo de incendio. En esta zona, la vegetación cubría gran parte de los bordes y paredes contiguas al paseo, que ahora se encuentran completamente limpias. Si bien es cierto, las fachadas traseras de las casas en esta zona no tienen un aspecto muy pintoresco, al igual que sucede con el túnel que conecta el Arenal con la calle del Puente. Alonso reconoció la falta de una mano de pintura y que tiene en mente que ambos tramos se unifiquen en su momento, para aportar unidad al paseo desde un extremo al otro.

El segundo punto de escrutinio fue el área de la depuradora, donde trabajadores de las brigadas se encontraban cortando a mano grandes enredaderas de plantas de los bordes, que Ramón Galego reconoció como un trabajo muy intenso por la cantidad de vegetación que ha crecido. A pesar de que el trabajo general de limpieza está terminado, todavía queda recorrido por optimizar hasta la llegada al lago artificial del final del paseo. La brigada está contratada hasta diciembre, por lo que el jefe de obras confía en poder dar fin a la limpieza para entonces. Al finalizar el año, habrá que esperar un par de meses para poder volver a contar con los servicios de las brigadas, que el gobierno lalinense calcula que puedan contratarse en febrero o marzo, para continuar con el mantenimiento.

La última parada realizada fue al final del paseo, donde se encuentra el lago artificial. Alonso explicó aquí que este se encuentra colmatado, es decir, hay demasiado material que no está permitiendo la fluidez natural del agua. "Hay que sacar las especies vegetales que no son interesantes, pero debe hacerse poco a poco para no dañar el entorno. La idea es construir islas de los distintos tipos de vegetación, para que haya espacio para que el agua fluya y los animales acuáticos puedan encontrar refugio y anidar", declaraba.

Cuíña por su parte, apuntó que el paseo se encuentra "en uno de sus mejores momentos desde su inauguración" y que el gobierno se compromete a continuar con el mantenimiento, para que los visitantes puedan disfrutar plenamente del espacio, considerándolo como una obra de prioritario cuidado. "Invito a los lalinenses a que se acerquen y valoren el trabajo que se ha llevado a cabo", añadió. La edil de Medio Ambiente declaró que otro de los objetivos a cumplir es la retirada de las papeleras, ya que el servicio de limpieza no cubre la zona, y la basura puede llegar a acumularse durante más tiempo de lo debido. También se procederá a la retirada de las barbacoas que pueden encontrarse en algunos puntos, ya que su uso es ilegal.

La madera y ramas retiradas de las inmediaciones han sido acumuladas para hacer entrega de ella a Servicios Sociales, donde se procederá a repartirla entre los usuarios que necesiten leña para el invierno.