Aunque ha perdido población y sufrido la crisis del ladrillo, la capital dezana, Lalín, se mantiene en el tercer puesto de la provincia en cuanto a superficie ocupada por la edificación. Según un estudio de la Consellería de Medio Ambiente publicado el año pasado, los inmuebles de la cabecera comarcal ocupan una superficie de 312,8 hectáreas, una cifra que solo superan Vigo, con sus 995,4 hectáreas construidas, y Pontevedra, con 422,7.
Es cierto que este tercer puesto en el escalafón provincial pueda deberse a la dispersión geográfica que caracteriza no solo a Lalín, sino también a buena parte de los municipios del interior pontevedrés. De hecho, esas casi 313 hectáreas construidas no ocupan más que el 1% de su superficie total. Para darnos una idea de esa dispersión, basta con pensar que las casi 1.000 de Vigo suponen ya el 9,1% de toda su superficie, o las de Pontevedra, el 3,6.
Lalín, entre los años 2003 y 2014, consiguió construir en 53,5 hectáreas más. Es, con diferencia, el mayor incremento en todos los municipios de Deza y Tabeirós-Montes, y ello quizá se deba a que Lalín dispone de un Plan Xeral de Ordenación Municipal desde 1999 al que se le han ido aprobando modificaciones puntuales, mientras que en los demás municipios, en líneas generales, el PXOM lleva escasos años en vigor (caso de A Estrada o Rodeiro) o todavía se encuentra paralizado por trámites en la Xunta (como ocurre con Silleda y Vila de Cruces). Así, si analizamos los datos de A Estrada, resulta que este municipio cierra el año 2014 con 282,3 hectáreas ocupadas por edificaciones (el 1% del total de su territorio), mientras que en 2003 la cifra era de 262,9. Hay que señalar, tanto en estos dos municipios como en el resto, que el grueso del crecimiento urbanístico se concentra entre los años 2003 y 2010.
Silleda no es ajena al crecimiento urbanístico, pero es obvio que sus cifras son mucho más modestas que las de las dos cabeceras comarcales. Tiene construcciones en un total de 194,2 hectáreas (es el 1,2% de toda la superficie del municipio). En once años, ha aumentado su construcción en casi 26 hectáreas, pero es que solo cuatro se desarrollaron entre 2010 y 2014.
A partir de aquí, el porcentaje de superficie construida en comparación con la extensión total ya es inferior al 1%. Vila de Cruces se queda en el 0,7%, ya que se construyó sobre 109,8 hectáreas, tras haber aumentado sólo en 10,7 durante 11 años. Resulta curioso el caso de Rodeiro y Agolada: el primero tiene 20 parroquias, y la segunda 24. Sin embargo, Camba construyó sobre 98,8 hectáreas (el 0,6% del total), y su urbanismo creció en 15 desde el año 2003, mientras que Agolada tiene una superficie construida bastante inferior, de 71,4 hectáreas (son el 0,5% del total) y ha ganado 10 durante poco más de una década. En lo que se refiere al municipio más pequeño de Deza, Dozón, sus edificaciones ocupan 44,5 hectáreas, y su crecimiento ha sido más bien discreto, porque once años antes contaba con 37 hectáreas construidas. Su edificación es el 0,6% de toda su superficie.
