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Manuel Nistal Franco: "El Enganche es una disciplina de mucha tradición y de alto protocolo"

"En las competiciones debes demostrar que el caballo está bajo control, es habilidoso, rápido y llamativo"

Manuel Nistal en la zona de entrenamiento de los equinos en su casa, junto a Ter. // Bernabé/Javier Lalín

Hace 10 años que Manuel Nistal disputó su primera competición de enganche, en Trebujena (Cádiz) durante el Campeonato de España con ponis. Una disciplina que se hizo conocida en Europa a finales de los años 60, cuando el Príncipe de Edimburgo se quedó embelesado observando las figuras que realizaban los caballos que tiraban los coches tradicionales y pensó en cómo crear un deporte que reuniera belleza, disciplina, habilidad y velocidad. El lalinense comparte la afición con su padre, con quien compite habitualmente en calidad de groom (el ayudante del cochero), y la compagina con sus estudios de ADE en Vigo. Aunque Galicia está todavía iniciándose con algunas competiciones indoor, Manuel se ha desplazado a Andalucía o Portugal para competir con su coche de caballos, y ostenta el título de campeón gallego del pasado año.

-¿Qué es el enganche?

- Es una disciplina hípica en la que se realizan competiciones con coches de caballos. Hay varios tipos dependiendo de cuántos caballos lleves dos, tres, cuatro... Yo compito con uno, que se llama enganche con limonera, en la versión más deportiva, que puede ser concurso completo o indoor.

-¿Y en qué consisten estas competencias?

-La que más se hace es el concurso completo, que dura tres días. Antes de competir debes pasar una inspección veterinaria para ver que el caballo está en buen estado, que no cojee, no tosa... El primer día se realiza la doma, con el coche de presentación, que es todo belleza, es más alto, de madera, más bonito, y tienes que hacer diferentes figuras con el caballo, todo muy preciso y correcto. El segundo es la maratón, que consiste en dos rondas en un circuito, donde se utiliza un coche maratón, que tiene ruedas de cross más deportivas. La primera vuelta es de calentamiento, debes cumplir unos tiempos mínimos y máximos y miden las pulsaciones del caballo al terminar, para comprobar que esté bien, en su punto. En la pista hay obstáculos: grupos de árboles, puertas, giros... Para saber cómo hacerlo te vas el día antes y lo recorres andando para estudiarte los movimientos, medir las distancias... Te cronometran el recorrido, tiene que ser todo perfecto y rapidísimo, porque cualquier mínimo fallo baja la puntuación. Son muy estrictos, si ven que el caballo está muy pasado de revoluciones pueden eliminarte. El último día es la prueba de manejabilidad, que se hace en la misma pista que la doma pero con conos y puertas, es clave, porque fallar aquí puede decidir un campeonato fácilmente.

-Algo muy importante en el enganche es el vestuario, ¿qué tiene de particular?

- El más especial es la ropa de la doma y la manejabilidad, y hay dos estilos: a la inglesa y a la húngara. A la inglesa tienes que llevar chistera, frac y zapatos elegantes. El caballo debe llevar la guarnición -la vestimenta del animal- siguiendo el mismo estilo, que consiste en un collarón enorme por el que tira el carro, que suele ser negro o marrón de piel. A la húngara llevas sombrero pequeño y americana, normalmente de traje gris, verde o marrón, es un poco más informal y es obligatorio llevar corbata. Además los groom, que son los ayudantes que llevamos en el carro, también deben vestirse igual aunque ellos llevan botas de equitación y una boina con visera. La maratón se hace con camisa, vaqueros, casco y protector de espalda.

-Otro punto importante de la doma es el estricto protocolo, ¿cómo debe ser el comportamiento?

-Es una práctica de mucha tradición y sobre todo en la doma. Siempre debes llevar una mantita colocada en las piernas, cuando entras al campo debes quitarte el sombrero, estirarlo y esperar a que te salude el presidente del jurado para empezar los ejercicios. Tienes que demostrar que el caballo está bajo tu mando y que va a hacer todo lo que digas. Por ejemplo si te equivocas en una figura, te tocan una campana y debes acudir a hablar con los jueces.

-¿Son comunes los accidentes?

-Sí, hay bastantes, sobre todo en la maratón. Puede haber lesiones de caballos, por malos cuidados o igual que en otros deportes, roturas de fibras, daño en ligamentos... Con los coches, es habitual volcar y pegártela, reventar una rueda o el eje. Eso te deja automáticamente eliminado de la prueba de ese día, haciendo casi imposible que llegas a uno de los primeros puestos en la competición

-¿Cuánto tiempo ocupa entrenar a los caballos?

-Generalmente hacemos cuatro días a la semana y hay dos tipos de entrenamiento. El de la doma, tienes que perfeccionar los giros, corregir como coloca el caballo su cuerpo y entenderte con él para que responda como tú le pides. El otro entrenamiento es físico, nosotros nos vamos a algún camino de tierra que conozcamos, a hacer trote de trabajo. Tenemos un caminador, que es una máquina con un motor al que puedes poner temporizador y velocidad, solemos poner el paso a 7 km/h, los dejamos allí dos horas y cada 10 minutos cambia el sentido. El primer día que metimos a mi caballo, que es súper tranquilo y súper valiente, estuvo allí genial hasta que cambió el sentido, que cuando vio que venía la barra, en vez de girarse se puso a caminar hacia atrás, pasaron unos cinco minutos hasta que se dio cuenta.

-¿Y cuántos caballos tienen?

-Tenemos dos. Ligero, está en Córdoba, en la finca de Juan Robles, que ha sido uno de los mejores cocheros de España, y allí lo entrenan. Es un caballo español que compramos en una ganadería de Silleda y lo iniciamos nosotros con el carro. El otro es Ter, con el que compito, que también es español, una línea más barroca, muy fuerte y musculado, que lo tenemos en casa.

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