Junto a su director, José Manuel Vázquez, el equipo local de Cáritas está formado por Lourdes Tejedor, la coordinadora que se encarga de llevar el control de usuarios y el reparto de alimentos; María Victoria Pombo, la administradora; y Clara Isla, que ejerce como secretaria. Estos cuentan con la ayuda de "más de veinte voluntarios", según Vázquez, que colaboran con servicios y actividades que realiza la entidad más allá del apoyo económico o de reparto de alimentos. Así, por ejemplo, de su programa de apoyo escolar se benefician 22 niños, con sesiones cuatro días a la semana. A las clases de costura asisten doce mujeres dos días por semana y sus terapias para alcohólicos son frecuentadas por doce usuarios todos los jueves. Además, Cáritas organiza campamentos urbanos en verano. Entre el año pasado y el celebrado este julio, sumó 100 niños participantes.

Ropero, cada miércoles

La entidad tiene también un servicio de ropero, que abre todos los miércoles de 10.30 a 12.30 horas. Sus usuarios coinciden con los de las familias que demandan alimentos. Apunta también Vázquez que también es demandado por una veintena de familias marroquíes que, sin embargo, no son beneficiarias del banco de alimentos.