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Tres saharauis viven su verano en A Estrada

Las niñas disfrutan en Couso y Baloira de sus actividades preferidas: la piscina, la playa y la fiesta

Dagbaya, Nazaa y Fatma, disfrutando juntas de la mañana en Couso. // Bernané/ Cris M.V.

En el Concello de A Estrada es tradición desde hace 20 años que durante los meses de verano de julio y agosto acudan, gracias a la Asociación Solidaridade Galega co Pobo Saharaui (Sogasp), varios niños acogidos por familias de la zona. La edad de los pequeños que pueden disfrutar del programa Vacacións en Paz es la comprendida entre los siete y los doce años, aunque también participan jóvenes de trece, como es el caso de dos de las pequeñas que pasan este verano en el municipio estradense. Dagbaya, Nazaa y Fatma disfrutan desde hace un mes de la playa, aunque sus madres reconocen que prefieren la piscina porque dicen "que allí no se ponen morenas". Como cualquier niño de su edad, a las pequeñas les gustan las fiestas, las atracciones de las verbenas, el cine y la música. "Casi siempre juegan entre ellas, porque quedan pocos niños en las aldeas, pero también se divierten con otros vecinos", comenta una de las madres. Las niñas aseguran que les encanta la comida gallega, pero entre sus manjares preferidos están la pizza y las hamburguesas. Después de varios años viajando en verano, las tres muchachas entienden sin problema el gallego y el español.

Sus familias relatan cómo "a las pequeñas les llaman muchas cosas la atención, pero es cierto que ya no son como los primeros niños que llegaron hace 20 años". Ahora llegan con ideas en la cabeza de lo que se van a encontrar. Muchos de los jóvenes que participaron anteriormente en Vacacións en Paz eran hermanos suyos y le adelantaron cosas que encontrarían. "Antes era muy diferente, le sorprendía todo: una escalera, la luz eléctrica, el agua de las piscinas", comenta una de las madres.

Desde su llegada, lo primero que hacen las familias de acogida es llevar a los pequeños al pediatra para que se les realice un examen médico completo. Es muy común que sufran alguna complicación derivada de la mala alimentación, a consecuencia de un problema político existente en el Sáhara. El déficit de vitaminas produce en los niños saharauis que tengan un desarrollo menor que el de los gallegos. Las familias de las tres pequeñas de Couso y Baloira comentan que, afortunadamente, ellas no sufrían "ninguna enfermedad o problema de ningún tipo". Las jóvenes, que regresarán a su tierra a comienzos de septiembre, llevan siempre en sus maletas dulces como chocolate y turrón, un teléfono móvil para contactar y comunicarse entre ellas o con la familia, medicinas, ropa y miel, que es muy utilizada en el Sáhara para remedios medicinales caseros.

El vínculo afectivo que se crea entre los niños saharauis y las familias de A Estrada es muy grande. En ocasiones,las familas de acogida viajan desde la localidad para verlos en los campos de refugiados saharauis y, así, conocer a sus familias y su cultura desde un punto más cercano. Además, actualmente, gracias a las nuevas tecnologías y a los teléfonos móviles, se mantienen en contacto durante todo el año.

Este verano, Juan Soutelo, coordinador de la Asociación Solidaridade Galega co Pobo Saharaui en Galicia, apunta que intentarán seguir con la comida benéfica realizada los últimos años en Couso. En ella recaudan dinero para enviárselo a los pueblos saharauis para comida, medicinas y demás necesidades primarias para los pequeños.

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