- ¿Conocía algo de balonmano antes de llegar a Lalín?

- No conocía el juego en sí, pero a mí los deportes me gustan todos, de hecho sabía del equipo de balonmano de Barcelona 92. Al principio no entendía nada, tengo que decirlo, pero poco a poco te implicas y ves que formas parte de una familia, y ahora tengo mi hueco aquí desde hace ya 8 ó 9 años. Soy la máxima animadora del equipo.

- Hay que decir que de tantas horas de balonmano también dio lugar a que surgiera el amor...

- Si.... (ríe), a partir de eso conocí a Bruno -jugador del Embutidos Lalinense- y tenemos una relación sentimental. Me acuerdo que Higinio cuando nos veía por la calle siempre nos decía que estábamos juntos gracias a él, puesto que mantenía que Bruno jugaba al balonmano porque él le insistió. De todas maneras, aunque Bruno no estuviera, yo seguiría en el club, porque aquí desconectas.

- El balonmano es un deporte de mucho contacto, ¿los jugadores suelen lesionarse más de lo normal?

-Hay de todo, como en todos los deportes. Hay deportistas que se quejan pero que no se tratan, los de "ya pasará", los que no se quejan y luego descubres que lleva con dolor todo el tiempo y luego hay los que se quejan continuamente y son más propensos a cualquier tipo de lesión.

- Además de balonmano, tiene relación con el fútbol, en concreto con el estradense.

-Sí, en mi casa siempre se respiró fútbol. Mi hermano, Unai, ya lleva un tiempo retirado después de romper la clavícula, pero fue capitán del Club Deportivo Estradense durante años.

-¿Es diferente el papel de la fisioterapia en los deportistas que en las personas mayores?

- En la fisioterapia lo que tú buscas es una recuperación, y allí las hay, pero más de mantenimiento, pero en el deporte sí que hay una recuperación en la que se ven más avances, por así decirlo.

-¿Cree que este temporada la de la fase de ascenso?

- Yo al Balonmano Lalín siempre los veo bien, como equipo creo que somos muy completo, igual solo falta quererlo y venirse arriba en los momentos difíciles.