Isabel Sobrado es recepcionista del monasterio de Carboeiro, donde también realiza las visitas guiadas desde hace tres años. En ellas se encarga de explicar las diferentes habitaciones del monasterio y su historia, así como la arquitectura y la vida que se desenvolvía alli durante el siglo XI y XII, su época de máximo esplendor.

Cada recorrido dura aproximadamente 45 minutos, sin un número de participantes mínimo por grupo en época estival y el precio estándar por persona es de 3,5 euros. "Los fines de semana del verano no es necesario efectuar reserva, pero sí hay que hacerlo en invierno, contactando conmigo previamente para fijar la cita", cuenta.

La afluencia de público al monasterio varía según factores climatológicos y fechas, pero no pierde clientela durante las épocas de invierno, teniendo su mínimo en 600 personas al mes. El pasado 25 de julio, festivo por el Día de Galicia, recibieron un total de 230 visitantes, que si se cuentan diariamente, suelen rondar una media de 100 durante julio y agosto. En cuanto al perfil de los turistas, Isabel reconoce que "se recibe por igual a hombres y mujeres, entre 35 y 65 años, que generalmente vienen de vacaciones y se encuentran visitando los alrededores. En verano hay más gente de fuera de Galicia mientras que en invierno se acercan más los turistas de la comunidad. Lo que más llama la atención del monasterio es su estilo románico ojival de camino al gótico y la gran cripta a la que se puede acceder durante la visita, "como curiosidad, también se sorprenden cuando ven a los lagartos que hay en los alrededores del edificio, el lagarto carnao, que es una especie protegida".

El entorno de paz que rodea al monasterio se convierte en un escenario perfecto para la desconexión, lo que se antoja muy atractivo sobre todo para aquellos que no están acostumbrados a la naturaleza gallega. "Para mí, lo que más engancha a los turistas es el poder estar aquí y disfrutar de la cultura, estar relajados y tener plena tranquilidad, supone salir de la monotonía y buscar el sonido de la naturaleza para respirar aire puro".

Desde el monasterio de Carboeiro se encuentran optimistas con la previsión de las estadísticas referentes a la afluencia de público, que ya se encuentran en alza respecto a años anteriores en lo que ha transcurrido de verano. El mes de julio ha cerrado el balance con la visita de alrededor de 900 personas.