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La historia también es una asignatura para el verano

Los guías turísticos de la comarca de Deza reciben a cientos de visitantes que buscan saber más durante sus rutas

Las visitas guiadas se convierten en una perfecta opción cuando acudes a un lugar histórico que guarda cuentos y leyendas que solo los que han estudiado sobre ellos pueden compartir. La comarca de Deza cuenta con un gran número de edificios culturales que en verano se llenan de curiosos que visitan la zona y quieren recibir información durante su ruta. Entre ellos, podemos encontrar el Pazo de Liñares, en Prado, el Museo da Minería, en Fontao y el Monasterio de Carboeiro, en Silleda, que cuentan con personal encargado de explicar al público todas las historias que guardan las cuatro paredes entre las que se encuentran. Los guías turísticos son responsables de transmitir a los visitantes toda la tradición y cultura que guardan estos rincones del interior, muchas veces desconocidos incluso para los porpios locales. El boca a boca es la mejor promoción para aumentar el número de participantes, puesto que una vez que un grupo realiza una visita, suele comentarlo entre sus más allegados a los cuales también puede suscitar interés. Muchos de estos tours no tienen coste y ofrecen un amplio y flexible calendario de horarios, facilitando que el público pueda acudir durante todo el año, aunque la afluencia aumenta considerablemente en verano.

Isabel Sobrado | Recepcionista y guía del monasterio de Carboeiro

"Lo que engancha a los turistas es poder estar tan relajados"

Isabel Sobrado es recepcionista del monasterio de Carboeiro, donde también realiza las visitas guiadas desde hace tres años. En ellas se encarga de explicar las diferentes habitaciones del monasterio y su historia, así como la arquitectura y la vida que se desenvolvía alli durante el siglo XI y XII, su época de máximo esplendor.

Cada recorrido dura aproximadamente 45 minutos, sin un número de participantes mínimo por grupo en época estival y el precio estándar por persona es de 3,5 euros. "Los fines de semana del verano no es necesario efectuar reserva, pero sí hay que hacerlo en invierno, contactando conmigo previamente para fijar la cita", cuenta.

La afluencia de público al monasterio varía según factores climatológicos y fechas, pero no pierde clientela durante las épocas de invierno, teniendo su mínimo en 600 personas al mes. El pasado 25 de julio, festivo por el Día de Galicia, recibieron un total de 230 visitantes, que si se cuentan diariamente, suelen rondar una media de 100 durante julio y agosto. En cuanto al perfil de los turistas, Isabel reconoce que "se recibe por igual a hombres y mujeres, entre 35 y 65 años, que generalmente vienen de vacaciones y se encuentran visitando los alrededores. En verano hay más gente de fuera de Galicia mientras que en invierno se acercan más los turistas de la comunidad. Lo que más llama la atención del monasterio es su estilo románico ojival de camino al gótico y la gran cripta a la que se puede acceder durante la visita, "como curiosidad, también se sorprenden cuando ven a los lagartos que hay en los alrededores del edificio, el lagarto carnao, que es una especie protegida".

El entorno de paz que rodea al monasterio se convierte en un escenario perfecto para la desconexión, lo que se antoja muy atractivo sobre todo para aquellos que no están acostumbrados a la naturaleza gallega. "Para mí, lo que más engancha a los turistas es el poder estar aquí y disfrutar de la cultura, estar relajados y tener plena tranquilidad, supone salir de la monotonía y buscar el sonido de la naturaleza para respirar aire puro".

Desde el monasterio de Carboeiro se encuentran optimistas con la previsión de las estadísticas referentes a la afluencia de público, que ya se encuentran en alza respecto a años anteriores en lo que ha transcurrido de verano. El mes de julio ha cerrado el balance con la visita de alrededor de 900 personas.

Xosé Luis Pájaro | Guía turístico del Pazo de Liñares

"Lo más gratificante es poder transmitir el patrimonio"

Xosé Luis Pájaro es el encargado de realizar las visitas guiadas en el Pazo de Liñares de Prado, desde hace dos años, y reparte la labor con otros dos compañeros. "Se explica la historia del edificio, su construcción y rehabilitación. Después se enseña el Museo Galego da Marioneta, situado en la planta baja, junto a la sala que alberga una exposición del Centro de Xestión de Coñecemento Arqueolóxico. Luego se recorre la parte superior con el salón noble y se explica la organización que tenía el edificio cuando se encontraba habitado, que no es la misma que la actual. Para terminar, si el día acompaña, también visitamos el patio exterior", cuenta.

Las visitas duran alrededor de 1 hora, dependiendo del número de personas que forme el grupo, no tienen ningún coste y siempre debe estar reservado con antelación. Reciben sobre todo a grupos de colegios o asociaciones culturales, o de vecinos pero no todos los días tienen visitas programadas. "Los grupos que contratan las visitas suelen ser grupos que vienen de diferentes puntos de Galicia, los turistas suelen visitar el pazo por libre", dice Xosé.

Destaca el buen funcionamiento del boca a boca para que más público se interese y también la ampliación de la oferta de lo que puede visitarse dentro del edificio, como la sala dedicada a Joaquín Loriga:"es un personaje que muchos de los que vienen no conocen, pero una vez les cuentas su historia les llama la atención". Los más pequeños se decantan por la colección de títeres del museo, mientras que los más mayores se sorprenden con el gran tamaño de la chimenea o el jardín de la parte trasera. "Lo más gratifican de ser guía turístico es transmitir a otros el valor del patrimonio que tenemos aquí, cuando ves que muestran interés te hace sentirte orgulloso, sobre todo porque para realizar las visitas tenemos que informarnos mucho", afirma.

Beatriz Iglesias | Guía temporal del Museo da Minería en Fontao

"Los locales se sorprenden cuando descubren el museo"

Beatriz Iglesias es edil de Benestar así como de Presidencia del Concello de Vila de Cruces, donde se encuentran a la espera de que les envíen un guía profesional por parte de la Diputación de Pontevedra para realizar las visitas al Museo de la Minería de Fontao, de las cuales se encarga ella durante estos meses de verano, a conjunto con otros compañeros según la disponibilidad. Los grupos que acuden aquí reciben una atención más personalizada, y se estructura la guía según la demanda de cada uno, tienen una duración aproximada de una hora, son gratuitas y pueden acordarse poniéndose en contacto con el concello o vía web.

"Este año está yendo bastante bien porque colaboramos mucho con el monasterio de Carboeiro y el balneario de Baños da Brea, que nos envían a gente. También acompaña el buen tiempo, que siempre anima a que se fomente la afluencia de público", comenta. En el caso del Museo de Minería, los visitantes suelen acercarse al lugar después de visitar otros puntos de interés cercanos como A Carixa u O Corpiño. "Nos está sorprendiendo mucho la cantidad de familias que nos han visitado este verano, gente que viene a Vila de Cruces y que luego se acercan a ver el museo. Les llama mucho la atención el conjunto arquitectónico del edificio, incluso a gente que vive por la zona y que nunca lo había visitado anteriormente, o ni siquiera sabían que estaba aquí, pero les sorprende gratamente", apunta Beatriz.

Reconoce que dar a conocer parte del conjunto cultural con el que cuenta Vila de Cruces resulta muy satisfactorio, así como también el efecto multiplicador que tienen los comentarios de los visitantes hacia otros, animándoles a visitar el museo tras haber estado previamente en el lugar.

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