Corría el año 2008 cuando la oposición pedía que se controlase el uso de los vehículos municipales después de que la entonces edil de Benestar Social, Paz Pérez, se desplazase en la furgoneta de Servizos Sociais -éste y los vehículos de Obras son vehículos del Concello, a diferencia de lo que se conoce como coche oficial o de representación- a Porto do Son para supervisar la accesibilidad del Campamento do Mar. La concejala viajó después a Sanxenxo, donde pasaría el fin de semana. Pérez pidió disculpas por su error, que atribuyó a la inexperiencia, y el alcalde, José Crespo, admitió que todos los políticos con coche oficial solían utilizarlos en ocasiones para cuestiones personales, como al parecer también hacían por entonces altos cargos del bipartito de la Xunta. Crespo admitió en su momento lo que ahora critica como "uso perverso", sí. Pero también entonces tanto el BNG como el PSOE reprocharon este uso privado por parte de concejales y funcionarios, algo que ahora sí permiten bajo la premisa de "viajes debidamente justificados".