El Gobierno de Nicolás Maduro ha convocado hoy a los venezolanos a las urnas para elegir a los miembros de una Asamblea Nacional Constituyente que rechaza de plano la oposición y a la que el régimen bolivariano se aferra como a un clavo ardiendo para restablecer el orden en el país. Mientras tanto, a miles de kilómetros de su patria, el sacerdote Carlos Salazar Femayor visita a su hermana como hace cada año desde que hace 17 ella contrajo matrimonio y se instaló en el municipio lalinense.
-Me gustaría conocer la opinión de un sacerdote de su edad sobre lo que está pasando en su tierra natal de Venezuela. Usted dirá...
-Nací y me formé en Venezuela, aunque hice algunos cursos fuera del país. En primer lugar, tengo que agradecer la preocupación y la solidaridad que han tenido con nosotros los españoles. La verdad es que el pueblo venezolano ahora está viviendo un régimen dictatorial, que ya no es un secreto para nadie. La Iglesia ha tenido que hacer frente a esta situación porque nosotros como Iglesia, y hablo desde el episcopado, los sacerdotes y los fieles laicos comprometidos, estamos llamados a defender la vida. Y este régimen que tenemos ha atropellado los derechos humanos, los derechos constitucionales y hasta la vida de la gente. He tenido que asistir a las exequias de algunos de los jóvenes que han muerto lamentablemente en mi patria. Se trata de jóvenes que no ven esperanza en el país y por eso salen a la calle. Es triste como a uno como sacerdote se le acerca un joven y le dice: Padre dame la bendición, voy a la calle y no se si volveré, pero lucho por ti y lucho también por mi. También es triste ver a la gente morir porque no encuentran un medicamento. Ahora mismo, las parroquias nos tenemos que turnar para preparar la comida y llevarle la comida a los enfermos de los hospitales.
-¿Considera que se está informando correctamente de la situación que vive ahora Venezuela?
-Yo creo que de muchas de estas cosas no se informa porque los medios de comunicación están secuestrados. En la Venezuela actual se vive el secuestro de las instituciones y de la información. Nosotros pedimos a Dios y sobre todo al Santísimo Sacramento -Venezuela es la única república consagrada al Santísimo Sacramento- y haciendo todo lo humanamente posible en el camino del diálogo, del entendimiento y el episcopado ha realizado en este sentido un trabajo importante. Incluso el Santo Padre ha enviado delegados a Venezuela, pero en verdad que este régimen no ve para atrás. Lo único que ellos quieren hoy en día es mantenerse en el poder a toda costa.
-¿Cree que podría encontrarse una solución pacífica al enfrentamiento que vive Venezuela?
-Nosotros sí vemos una solución pacífica. Apelamos a ese sentimiento de solidaridad y amor que siempre ha caracterizado al venezolano, y rogamos a Dios para que toque a estas personas para eso. También te digo que nuestros jóvenes tienen sangre libertaria, de Simón Bolívar, de Ayacucho, Anzoátegui, de Urdaneta, de nuestros próceres que lucharon no sólo por la independencia de Venezuela. No estamos solos porque Dios y la Virgen nos acompañan tanto a los venezolanos que estamos dentro como a los que se encuentran fuera del país. Por ejemplo, yo agradezco mucho a los personas que sé que aquí, en Galicia y en Lalín, han donado medicamentos y ropa para enviar. De todas formas, me entristece ver cuando aparecen noticias de mi país como las que suceden estos días, porque eso no es Venezuela. La comunidad gallega es muy numerosa en Venezuela, y es gente amable que a la que tenemos en gran estima todos los venezolanos que los hemos acogido.
