Los hermanos Calveiro Couto fueron dos ilustres dezanos formados en la emigración americana. José María fue un poeta romántico y bohemio y Adolfo Víctor llegó a ser jefe de redacción del semanario Eco de Galicia y fundador y director de Cultura Gallega, una de las más grandes revistas gallegas de la emigración.

José María Calveiro Couto nació en Dornelas en 1891 en el seno de una familia campesina. En su juventud vivió en Madrid, de forma bohemia, donde fue amigo de Emilio Carrere y colaboró con Baltasar Pagés en la revista España Nueva. Emigró a Cuba muy joven y residió en La Habana desde 1906 a 1932, ejerciendo diversos oficios como los de sastre y relojero. Fue corresponsal del Diario Español en la localidad de Caimito (Cuba). Colaboró durante mucho tiempo en otros periódicos como Diario da Mariña, Labor Gallega, donde publicó algunos poemas, también en Alma Gallega y en el más importante de Cuba, el Eco de Galicia, semanario ilustrado bilingüe y en el que también colaboró el maestro, periodista, político y alcalde republicano de Lalín Xesús Golmar. En 1922 fue jefe de redacción de Juvencia y director de Atenea. También publicó poemas en Bohemia, DE, Galicia, Galicia Gráfica, Castalia, Mundial, El Progreso de Asturias, El Hogar, La Discusión y en el suplemento literario DM.

En 1925 publicó un libro de poemas de corte romántico y modernista Jardines de Ensueño y su obra figura dispersa en varias revistas americanas. Fue incluido en la antología poética Los Argonautas (1924). Fue uno de los fundadores de la organización Irmandade Nazionalista Gallega, en La Habana. Participó en las tertulias de la Peña del café Martí. En 1932 regresó a España, a su aldea natal de Dornelas, aunque en 1934 ya residía en Madrid, durante la Guerra Civil Española; pero desde este año no se volvió a saber más de él, y allí murió a finales de los años treinta.

Adolfo Víctor Calveiro Couto nació en la parroquia de Dornelas el 29 de marzo de 1902. De origen campesino, cuando marchó a Cuba no tenía estudios. Falleció en Newark (Nueva Jersey, Estados Unidos) el 17 de agosto de 1977. Emigró a Cuba con 17 años, en 1919, y allí vivió hasta 1969, excepto un periodo de tres años (1931-1934) en el que retorno a Galicia, cuando triunfó la Segunda República. En la isla caribeña adquirió una solida formación estudiando por las noches después del trabajo cotidiano como administrativo. Se tuvo que hacer asimismo a fuerza de voluntad.

Colaboró en diversas revistas gallegas y no gallegas en Cuba como Alma Gallega, Chic, Nosotros, El Progreso de Asturias y en el semanario Eco de Galicia llegó a ser jefe de redacción. En 1928 se casó con la gallega Ramona Alonso. Fue miembro de la Sección de Cultura del Centro Gallego de Cuba. También ocupó el cargo de jefe de propaganda de la junta directiva de la Agrupación Artística Gallega de La Habana.

Su trayectoria como periodista culminó con la fundación y dirección de Cultura gallega, en 1936, con la colaboración de su propietario, Eladio Vázquez Ferro, natural de O Carballiño, de la que fue subdirector y en la que publicó artículos, relatos y poemas. José Gómez García era el jefe de redacción y el administrador era el lalinense Jesús Iglesias Surribas, nacido en Anseán (Lalín); Surribas también fue vicejefe de propaganda de la Agrupación Artística Gallega, la entidad artística más importante de la emigración gallega en La Habana, fundada en 1918, y presidente de la Sociedad de Hijos del Partido de Lalín.

Cultura Gallega era una revista mensual, ilustrada, bilingüe, apolítica y aconfesional, su fin era facilitar el conocimiento de Galicia. Fue una de las más grandes revistas gallegas de la emigración, defensora del Estatuto y de la II República. Según el escritor cruceño Xosé Neira Vilas, "cuando se escriba la historia del nacionalismo gallego en América, habrá que tener en cuenta la página nacionalista de este semanario, en el que aparecen trabajos de Vicente Risco, Manuel Banet, Xohan V. Viqueira, Basilio Álvarez y otros". Es una de las publicaciones fundamentales para conocer la realidad social, política y cultural de los gallegos en Cuba. En ella participan autores como Otero Pedrayo, Ramón Cabanillas, Curros Enríquez, Ramón del Valle-Inclán, Eduardo Blanco Amor, Roberto Blanco Torres y otros muchos. Entre los colaboradores se encuentra el maestro de Soutolongo, Manuel González Rodríguez, que escribió y colaboró con cierta asiduidad en la prensa gallega americana, bajo los seudónimos de Soutolongo y El Escolante de Soutolongo. En el número 5 (5-VI-1926) de Cultura Gallega publicó un artículo bajo el título de Algo encol d`os celtas: os castros de Galiza. Hespaña. En los números 68 y 68, Laureano Guitián Rubinos, párroco de Lalín, publicó fragmentos de su obra Unha noite na casa do tío Farruco do Penedo; incluía fotografías de paisajes y monumentos gallegos y caricaturas realizadas por Castelao y Maside. Dejó de publicarse en 1940 por problemas económicos.

Otras publicaciones

Calveiro dirigió otras publicaciones: Cultura Hispánica, que duró unos catorce meses, y Cuba y España, que resultó otra experiencia frustrada y terminó trabajando en una oficina bancaria al tiempo que colaboraba esporádicamente en la prensa. Perteneció a la Real Academia Gallega, como Académico No Numerario. Se incorporó a la Agrupación Artística Gallega de la que formó parte de su directiva, trabajó como secretario de actas y atendía toda la actividad cultural y administrativa. La Agrupación patrocinó una nueva etapa de Cultura Hispánica, de la que llegaron a salir 18 números. Escribió el prólogo del libro Mercurio en el Parnaso, de Ramón del Campo. Era amigo de Neira Vilas, que dijo de él "que era un hombre de bien, un hombre honrado". Amaba a Cuba como el mejor cubano sin dejar de ser gallego.

Cuando su hijo Isauro se estableció en Madrid y María del Carmen, su hija, luego de una breve estancia en la aldea paterna, Dornelas, emigró a Estados Unidos, Adolfo Calveiro, en 1969, decidió salir de Cuba con su mujer. Después de una visita a Dornelas y Madrid, el matrimonio se estableció en Nueva Jersey, donde Adolfo falleció ocho años después. Está enterrado en el cementerio Holy Cross de Nort Arlington.

Unos días antes de salir de Cuba, a petición de Neira Vilas, donó su biblioteca a la Sección Gallega del Instituto de Literatura y Lingüística, unos cuatro mil libros, recortes de prensa, bibliografías realizadas por él, fotografías, cuadernos y notas. A su paso por Galicia, en 1969, entregó a la Universidad de Santiago de Compostela, trabajos inéditos, diversos manuscritos y cartas.