El IGE difundió ayer los datos provisionales del movimiento natural de la población, el que se refiere a nacimientos, óbitos y matrimonios. Así pues, las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes registraron el año pasado, en conjunto, 381 alumbramientos (por debajo de los 457 de 2015), frente a nada menos que 945 defunciones (también menos que las 979 del ejercicio citado). Con estas cifras, el saldo vegetativo de la zona, es decir, la diferencia entre las altas y las bajas del padrón por fallecimiento, es negativo, de -564, mientras que en 2015 se quedó en los -562.

De este modo, el número de fallecimientos casi triplica al de nacimientos (supone un 148% más), y conlleva que ese saldo vegetativo sea negativo en los nueve municipios, sin excepción. Es una tónica que ya se daba también el año pasado, pero es preciso matizar. Hagámoslo por comarcas. En Deza el año pasado se constataron 255 nacimientos y 560 muertes, de modo que su saldo vegetativo es de -305. Es una cifra mala, pero al menos ha bajado de los -315 que se confirmaba en 2015. Este descenso, aunque sea leve, se debe a que el saldo vegetativo negativo también baja en Agolada (pasa de -50 a -33 personas), Dozón (de -26 a -16), Lalín (de -110 a -97) y Vila de Cruces (de -66 a -58). Sin embargo, se acentúa en Silleda (que de los -33 de 2015 pasa a los -61 de 2016) y en Rodeiro (de -30 a los -40).

En los tres municipios de Tabeirós-Terra de Montes, el saldo vegetativo es de -259 personas, ya que los 126 nacimientos se quedan muy lejos de los 385 óbitos. El resultado es bastante superior a los -207 de 2015, debido a que en A Estrada en un año se desploman los nacimientos (pasan de 162 a 111), de modo que su saldo vegetativo pasa de los -117 a -175. En Cerdedo también sube, de -21 a -24, de modo que poco puede hacer Forcarei, que logra contener su saldo, al bajar de -69 a -60.

El IGE permite consultar el movimiento natural de la población de las comarcas desde el año 1975. Así que, si tomamos los datos de 1976, justo cuatro décadas atrás, resulta que entonces la zona sí tenía un saldo vegetativo positivo, con 178 nacimientos más que muertes (1.984 frente a 906). Eso sí, ya había algunos municipios en los que saltaba la alerta roja: Dozón, Rodeiro, Forcarei y Cerdedo ya tenían un saldo vegetativo negativo en 1976. En Dozón había ya dos muertes más que nacimientos, en Rodeiro la cifra subía a las 12, las mismas que en Cerdedo, y en Forcarei la diferencia negativa era de 1.

En cuanto a los matrimonios, durante el año pasado se formalizaron 203: 130 en tierras dezanas y 73 entre A Estrada, Cerdedo y Forcarei. El grueso de los enlaces se concentra en Lalín (73), A Estrada (65) y Silleda (14). Las cifras ya son más modestas para Vila de Cruces, con 14 enlaces. En el resto de concellos ninguno supera la media docena: se oficiaron cinco bodas en Rodeiro, 4 tanto en Agolada como Cerdedo y Forcarei y sólo una en Dozón.

Es en este campo donde también se puede constatar hasta qué punto ha perdido población la zona norte de Pontevedra en los últimos 40 años. En 1976, los matrimonios suponían más del doble de los 203 mencionados. Por entonces, se formalizaron 567 compromisos (309 en Deza y 258 en Tabeirós-Montes). Es más, hace 40 años todos los concellos superaban la veintena de bodas: Dozón y Cerdedo constaban 21, Rodeiro llegaba a las 30, Forcarei aportaba 40 y Agolada, 46, mientras que Cruces tenía 38. En cuanto a los tres municipios mayores, en Silleda en 1976 se celebraron 70 bodas, Lalín ocupaba el segundo lugar, con 104, y en A Estrada se alcanzaban las 197. Las 203 del año pasado también caen respecto a las 212 de 2015, ya que solo suben en la tercera parte de los municipios.