Más de dos millares de personas pasaron por los salones del Museo Municipal de Lalín y el resto de sedes de la edición número 13 de la Bienal Pintor Laxeiro. El certamen se clausuró ayer coincidiendo con el cabo de año de la muerte del genio lalinense, aunque nadie se acordara de él en los habituales discursos protocolarios. El acto contó con la presencia de la edil de Cultura, Lara Rodríguez Peña, el comisario de la bienal, Ángel Calvo Ulloa, el director del Agadic, Jacobo Sutil, el deputado provincial Carlos López Font y el alcalde de Lalín, Rafael Cuiña. La nómina de autoridades se completó con el concejal de Turismo, Francisco Vilariño. La edil fue la encargada de abrir el turno de parlamentos ante una audiencia escasa pero elegida, dando paso al comisario del certamen que concluyó su intervención con un texto del filósofo Ignacio Castro correspondiente a su obra Roxe de Sebes. Tanto Sutil como López Font destacaron el carácter rupturista de la bienal lalinense vaticinándole un futuro halagüeño. Cuiña fue el encargado de cerrar el turno de discursos prometiendo que desde el Concello "nos esforzaremos para que la edición número 14 dé tanto que hablar y tan bien como la actual". Los presentes, entre los que se encontraban participantes y colaboradores, recorrieron por última vez la ya clausurada bienal.

Catálogo innovador

Por otro lado, el comisario del certamen, Ángel Calvo Ulloa, señaló en declaraciones en exclusiva a esta Redacción que "entiendo como satisfactorio el resultado de la bienal tanto por la cantidad de gente que la vio como por la apuesta de cambio de formato". Calvo destacó el novedoso catálogo editado por Dador, del que se tiraron medio millar de ejemplares, por contar con un "resumen de lo que se pudo ver en la bienal". Sin embargo, el historiador del arte lalinense considera que "no tiene sentido seguir como comisario porque mi trabajo ya está hecho", aunque se mostró dispuesto a mantener contacto con la persona que lo sustituya. Calvo Ulloa subrayó que lo que más le gustó de la edición número 13 del certamen fue "generar un espacio de convivencia entre poesía, artes plásticas, cine y debate, algo muy necesario en Galicia" y, en cuanto a lo mejorable de la bienal, consideró que "son pequeños detalles porque también podría haber sido terriblemente peor".

Los últimos minutos de la Bienal Laxeiro más rompedora de todas sirvieron para una definitiva visita a un certamen cuyo guiño final llegó en forma de catálogo inacabado como metáfora del espíritu abierto del certamen lalinense.