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Montse Fajardo Pérez: "Las familias están deseando contar lo que les sucedió"

"Deza fue una de las zonas donde la guerrilla tuvo más presencia y, además, hubo muchas detenciones por la ideología religiosa"

Montse Fajardo. // Gustavo Santos

El concello de Silleda acoge hoy, a partir de las 11.00 horas, hasta final de mes una exposición llamada Rexas. Mulleres baixo o terror franquista. Con ella, se trata de reivindicar la memoria de las víctimas del alzamiento de 1936. La muestra es un resumen de la historia de la represión sufrida por 172 pontevedresas, entre las que se encuentran 30 mujeres de Deza. Estarán presentes el diputado de Cultura e Lingua, Xosé Leal, miembros del gobierno local y la comisaria de la exposición, Montse Fajardo.

-¿Cómo se va a desarrollar la exposición?

-Habrá doce paneles, que cuentan como fue la represión de las mujeres después del Golpe de Estado franquista. Hay tres partes, la primera es una especie de contextualización, que incide en la idea de que todas las mujeres de la época, incluso las que defendían el bando vencedor fueron víctimas de un franquismo que acabó con todos los derechos de las mujeres. La segunda parte es la más amplia. Aquí se explica los distintos tipos de represión que sufrieron las mujeres. Hay dos carteles dedicados a lo que nosotros llamados "castigos sexistas", las penas que están explícitamente ideados para las mujeres, como pueden ser raparse el pelo, tatuajes en la piel, entre otros.

-¿Y cómo acaba la muestra?

-El tercer bloque es el que le da el título a la exposición. Habla de esas mujeres rexas, esas mujeres fuertes, que a pesar de todo lo sufrido, no solo sacaron adelante a sus familias solas, sino que fueron capaces de ser solidarias, ofrecer ayuda a los fugitivos o a los presos. Por ejemplo, en la Isla de San Simón, la solidaridad fue plena de las mujeres. Aquí hay mucho protagonismo de Deza, ya que aparece la historia de Antón Alonso Ríos, vecino de Cortegada, pero contada desde el punto de vista de las mujeres. De hecho, va a estar su nieta sobrina contando su historia. Se cuentan la historia de los hombres, desde el punto de vista de las mujeres.

-¿Fue muy difícil conseguir los testimonios?

-No, la verdad es que tuve mucha ayuda para poder llevarlo a cabo. Por ejemplo, en la zona de Deza, fue imprescindible la ayuda de gente que lleva trabajando en la memoria como Manuel Igrexas, Matías Rodríguez o Xoán Carlos Garrido. Después de las familias, no puedo decir que hubiese una sola familia de gente represaliada que me dijese que no.

-¿No son reacios a hablar de todo lo sucedido?

-Pues no. Ya llevo trabajando un tiempo en la memoria, y es verdad que a veces hay cierto reparo para hablar. Sin embargo, es el mínimo. La mayor parte de las familias están deseando contar lo que le sucedió; están agradecidos de que alguien coja su fuerza y se interese por lo que le pasó a su familia. Si que es importante para ellos que haya un reconocimiento institucional. No solo colaboran con nosotros, nos traen fotos, hablan de todo lo que recuerdan. De esta forma se cambia el discurso, se visibiliza el sufrimiento de las familias. Además, no hay solo mujeres conocidas, sino que se cuentan historias que nunca salieron a la luz. Hay familias que cuentan por primera vez todo lo que les sucedió.

-¿Cuál es el caso que más le impactó?

-Hay un caso, que es una de las fotos que se va a ver por primera vez, que habla de Lola Cerqueiro, de Vilaboa. Su padre y hermano estaban huyendo, ella no tenía ningún tipo de ideología. Sin embargo, legaron y abusaron de ella, y eso le hizo tener lo que llamamos ataques de pánico, le quedó el terror dentro. El terror de las mujeres, era más continuado, porque lo sufrían una noche y otra también. Contamos otro caso de una viuda de un republicano, que todas las noches la llevaban y la violaban. Nunca sabían cuando podían llegar y ni que iban a hacerle, porque cada día era una cosa.

-¿Y un caso más centrado en Deza que le llamase la atención?

-Pues el del entorno de Alonso Ríos. También quisiera recalcar dos cosas. Es la zona de la provincia de Pontevedra donde la guerrilla tenía mayor importancia. Fue importante para ellos el apoyo de las mujeres. También es para resaltar las detenciones por temas religiosos. Por ejemplo, en la parroquia de Vilar, hubo mujeres que fueron detenidas por ser protestantes o evangélicas. Por ejemplo, María Andrea Valladares fue arrestada delante de sus hijos. Fue torturada de tal manera que cuando la llevaron a la cárcel la daban por muerta.

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