La pericia de Lúa y Kia no se limita al monopatín. La primera, la más veterana, es capaz de realizar "más de setenta habilidades distintas", entre ellas, jugar al fútbol, recoger objetos del suelo o subirse a hombros de su dueño de un salto. Cuenta su propietario que con Kia, por edad y carácter, tiene que trabajar más para controlar su nerviosismo. "Me está costando que deje de ladrar cuando ve un monopatín, un balón de fútbol o cualquier otro estímulo", explica Serafín López.

"Gente de los medios de comunicación me ha propuesto que saliesen en televisión, pero no me interesa. Quiero vivir tranquilo. Algunos no entienden que no quiera explotarlas económicamente", relata López. No obstante, las peripecias de sus perras circulan por Internet, grabadas y subidas a la red por un grupo de peregrinos americanos con los que coincidieron en Melide.