El envejecimiento de la población y el descenso del número de contribuyentes por la coyuntura económica desfavorable de los últimos años ha provocado que salten las alertas sobre el permanente debate sobre el mantenimiento del sistema público de pensiones. Recientemente el Gobierno central recurrió a un préstamo de 6.000 millones para abonar la paga extra de julio a los pensionistas, una vez que en el Fondo de Reserva solo había 15.000 millones y era necesario desembolsar 18.500.
Los últimos informes sobre la relación entre el número de trabajadores activos y pensionistas en España indican que el promedio es de 2,2, mientras que en Galicia esta proporción cae hasta los 1,4. En Deza y Tabeirós apenas tres concellos la alcanzan y en su conjunto hay, con los datos ya cerrados del año pasado, solo 1,2 cotizantes por cada pensionista. Pero además hay que añadir a este registro los perceptores de rentas de integración social de la comunidad autónoma. En el caso de Deza y Tabeirós hay un total de 23.720 afiliados a la Seguridad Social y 19.294 pensionistas. La aparente diferencia positiva de más de 4.400 trabajadores frente a aquellos que cada mes reciben una pensión del Estado no quiere decir que la situación sea de gran solvencia. De hecho, en casi la mitad de los municipios de la zona hay ya más perceptores de subsidios que trabajadores. Este dato es mucho peor si incluimos además los parados de cada ayuntamiento, aunque en esta ocasión nos ceñimos solamente a la comparativa entre los que aportan una parte de su salario para contribuir al sistema público y aquellos que ya lo hicieron y ahora les corresponde una pensión tras poner fin a su etapa laboral. Si un año atrás en la zona eran Agolada, Forcarei y Cerdedo los territorios con más pensionistas que afiliados a la Seguridad Social, ahora a este censo se suma también Rodeiro. En primer lugar podemos comprobar qué acontece en estos cuatro municipios. En la capital de Camba la diferencia no es muy abultada, aunque eso no impide que sus 987 pensionistas rebasen en número a los 977 cotizantes. Si en este caso es por una decena, en los demás la diferencia es mucho más importante. Siguiendo con los concellos dezanos, en Agolada la diferencia entre activos y pensionistas es de 161; o lo que es lo mismo, constan 938 perceptores de rentas públicas frente a los 777 cotizantes. En Forcarei la proporción es más alta una vez que en el término municipal constan hasta 1.452 ciudadanos que perciben una pensión contributiva y los que tienen un puesto de trabajo se quedan en 1.067. Ya en Cerdedo la proporción es de 613 por 447; es decir, hay 166 pensionistas más que afiliados.
En el extremo opuesto a estos concellos están los más poblados de la zona. Lalín y Silleda son los que se acercan o están dentro de la media autonómica, puesto que en la capital dezana hay 1,4 cotizantes por cada pensionista. Son, en concreto, 7.301 por 4.945. En un 1,39 se sitúa Silleda. Si en Lalín la diferencia entre activos y perceptores de subsidios es positiva en 2.356 personas, en Trasdeza está en 974 al contabilizar 3.422 trabajadores activos y 2.448 pensionistas. En A Estrada la media es de 1,2 al aglutinar la capital de Tabeirós un total de 7.389 afiliados y 5.732 jubilados. En los demás ayuntamientos el promedio es de una persona a la que se detraen fondos de su nómina cada mes para pagar la de otro pensionista. En Vila de Cruces hay 136 trabajadores más de los 1.785 jubilados. Finalmente, en Dozón, el concello de las comarcas menos poblado, los informes oficiales establecen que perciben pensiones de la Seguridad Social un total de 394 ciudadanos, pero los cotizantes aumentan hasta los 419 casos.
