El grupo de gobierno de Lalín reiterará a la Xunta su propuesta para que autorice la demolición de dos viejas edificaciones del núcleo de la parroquia de Moimenta para habilitar en este espacio, próximo a la iglesia, una plaza pública. Así lo indicó ayer el alcalde, Rafael Cuiña, quien comunicó que el Concello tiene previsto "seguir insistiendo" ante la Dirección Xeral de Patrimonio con el fin de que le dé el visto bueno al derribo de estas dos casas.

El mandatario señala que pese a la primera negativa del departamento dependiente de la Consellería de Cultura a autorizar esta intervención, el cuatripartito mantiene su "firme compromiso" de dar respuesta a esta vieja demanda vecinal de ampliación de la plaza situada delante del templo parroquial y acometer además el acondicionamiento de esta zona. Por eso se volverá a remitir a Patrimonio la pertinente autorización para poder llevar a cabo esta iniciativa. Otra de las alternativas que están sobre la mesa y que tampoco se descartan son dar inicio a un expediente para que estas dos viviendas sean declaradas en estado de ruina, aunque esta decisión no está por ahora cerrada y no habrá postura definitiva hasta finales de esta semana.

Cuiña espera que mediante una u otra vía el departamento autonómico modifique su resolución inicial y asegura que esta posición generó malestar entre los vecinos de la zona al ver sus expectativas "perjudicadas y frustradas por una decisión técnica que impide continuar con la tramitación de un proyecto en el que el gobierno local llevaba trabajando desde hace meses".

La ampliación de la plaza de Moimenta incluía la compra de dos casas en estado ruinoso. Su demolición, que niega Patrimonio, no solo ofrecería la posibilidad de mejorar este espacio público sino de eliminar "un serio problema de seguridad".

El ejecutivo asegura que había un acuerdo con los propietarios de las casas para cerrar la compra de estos dos inmuebles. Se tratan de dos edificaciones de planta baja y alta que presentan, en conjunto, un estado de conservación muy pobre, que están prácticamente abandonadas y muy deterioradas en su interior y que apenas conservan los muros. La intención del gobierno local pasa por derribarlas y habilitar en esta zona una plaza extensa que, además, sirva como acceso a la iglesia. En su primera resolución, Patrimonio considera que la demolición de los inmuebles tradicionales supondría una clara alteración de los valores ambientales del núcleo tradicional y el entorno inmediato a la iglesia protegida. También salienta que se alterarían los caminos y sus muros delimitadores.