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75 años de la tesis que doctoró a Don Ramón

El científico lalinense Aller Ulloa defendió el 30 de junio de 1943 su tesis en la Universidad Central de Madrid y obtuvo la nota máxima

75 años de la tesis que doctoró a Don Ramón

Cuando Ramón María tenía 6 años (1884) y su hermana Carmen uno menos, sus padres, por motivos de estudios, los enviaron a vivir en Lalín, a la casa de una familia con la que les unía una gran amistad: la de Francisco Lajosa Fernández. Esta familia tenía dos hijas: María del Carmen y María. La primera muere con tan solo veinticuatro años (el 17 de julio de 1900) y María, diez años mayor que D. Ramón, se convertirá en su principal benefactora. A partir de esa fecha, la amistad fraternal entre D. Ramón y María Lajosa durará hasta la muerte de esta última el 31 de agosto de 1943, dejando nombrado en su testamento ológrafo a D. Ramón como heredero universal, y a María Isolina Jorge Doval, hija adoptiva, todos los bienes inmuebles (casas y fincas).

En el curso 1888-1989 ingresa interno en el colegio de los Jesuitas Santiago Apóstol de A Guarda, en régimen de internado, terminando su bachillerato en 1894. Posiblemente, su estancia en este colegio haya influido en su posterior vocación, dado que era uno de los centros de enseñanza más prestigiosos de finales del siglo XIX en Galicia y que ya contaba entre sus instalaciones con un observatorio meteorológico, laboratorio de física y museo de ciencias naturales.

En el curso 1894-1895, ingresa en el Seminario de Lugo, donde cursaría los cuatro primeros años de Teología, terminando sus estudios de Licenciatura y Doctorado en Santiago en el mes de junio de 1899. A la edad de veintidós años dice su primera misa en la capilla del Seminario Conciliar de Lugo, el día 11 de junio de 1900. Según Vidal, después de ser nombrado presbítero, renunció a toda clase de retribuciones por sus servicios sacerdotales, no ocupando nunca ningún cargo eclesiástico, pero atendió con especial cariño a todo aquel que lo necesitaba, ejerciendo los deberes propios de su vocación eclesiástica: decir misa diaria y las celebraciones de todos los sacramentos. Los grandes sermones y predicaciones no eran su fuerte, tenía fama de ser breve y conciso en sus homilías.

En 1899 comienza sus estudios en Ciencias Exactas, modalidad de Enseñanza Libre, en la Universidad de Oviedo, donde cursó el primer año de su carrera. Al año siguiente cambia su matrícula para la Universidad Central de Madrid, terminando el 23 de junio de 1904 su Licenciatura en Ciencias Exactas. Su diploma fue firmado por el rey Alfonso XIII el 31 de marzo de 1916. La solicitud de expedición del título quedó registrada en el libro correspondiente de la Universidad Central en el folio 53, n.º 440, firmado por el catedrático y secretario Francisco de Castro con fecha de 11 de mayo de 1918; dicho título fue asentado en la Administración de Enseñanza de la Provincia de A Coruña, en el folio 47, n.º 2810 del correspondiente libro.

A pesar de que el padre Aller tenía realizados desde hacía tiempo los cursos de doctorado, la verdad es que no se llegó a plantear el presentar su tesis doctoral, probablemente porque no le era necesaria o quizá por no encontrar un director para ella. Se daba la paradoja de que aun no siendo doctor le estaba dirigiendo la tesis a Enrique Vidal Abascal. Fue este quien movió los hilos para que D. Ramón se hiciese doctor, contactando para ello con el profesor Navarro Borrás en Madrid. Francisco Navarro le escribió a D. Ramón (20 de enero de 1942), animándolo a presentar su tesis, con las siguientes palabras:

"No me lo agradezca Vd.; lo hago por España, porque ocurre que las 4 cátedras de astronomía hoy existentes están vacantes por falta de personas debidamente preparadas para desempeñarlas, y por consiguiente es lógico que le ha dejado su ministerio al cultivo de esta Ciencia en nuestra Patria. El reconocimiento oficial de sus méritos y de su vida dedicada desinteresadamente al estudio viene de rechazo al ofrecerle esta cátedra en nombre de quien puede hacerlo. Así pues, prepare usted rapidísimamente un trabajo que puede ser resumen de la labor de su vida en el Observatorio, envíemelo y si no tiene usted inconveniente me brindo a apadrinarle para su grado de doctor".

No sería hasta el 30 de junio de 1943, cuando por motivos burocráticos D. Ramón presente su tesis con el título de Algunas experiencias que conviene realizar en observaciones de pasos por dos verticales, en la Universidad Central alcanzando el título de doctor con la máxima nota. Contaba ya la edad de 65 años y esta titulación era, como se comprobó, el requisito indispensable para otorgar una Cátedra de Astronomía de la Universidad de Santiago.

Primer trabajo

Desde que finalizó sus estudios eclesiásticos hasta el año 1911, D. Ramón permaneció en su domicilio familiar de Lalín, dedicado casi exclusivamente a estudiar y a investigar en las materias que consideró su vocación: las Matemáticas y la Astronomía. Tuvo la fortuna de disponer desde muy joven (con tan solo 17 años) de un anteojo de 67 mm. de abertura y 105 cm. de distancia focal y, unos años más tarde, de un teodolito construido en 1902 por la casa Troughton & Simms de Londres y que llegó a su domicilio de Lalín el día 11 de octubre de 1903. Ya con anterioridad, en el Colegio de Apóstol Santiago, había podido experimentar con buenos instrumentos dado que, siendo estudiante, había sido ayudante en el Observatorio Meteorológico de dicho centro.

Antes de que apareciera su primer trabajo publicado en una revista especializada, D. Ramón realizó numerosas investigaciones que han quedado recogidas en un buen número de cuadernos manuscritos inéditos con las observaciones efectuadas. Estas libretas quedaron ahora inventariadas y posiblemente, en el futuro, serán publicadas y se darán a conocer sus estudios sobre temas de Astronomía y Matemáticas. Pero en esa época se dedicó también a realizar mediciones topográficas, proyectos para viviendas y toda clase de trabajos en los que se requería una formación académica especializada.

Se da la circunstancia que el tema del título de su tesis doctoral ya lo había investigado el padre Aller Ulloa en 1913 y publicado un pequeño resumen en la Revista de la Sociedad Astronómica de España y América (Año III, Nº 27, pp. 112-115), con el título: Sobre las observaciones de pasos en el primer vertical. Ahora y dado que se cumple el 75º aniversario de la defensa de su tesis doctoral queremos hacer un resumen de lo expuesto ante el tribunal que calificó con sobresaliente la memoria presentada.

El borrador de su trabajo inédito (memoria de su tesis), está compuesto de 24 hojas (32 x 22 cm) mecanografiadas con un total de 27 páginas intervenidas con anotaciones manuscritas en lápiz negro e incluso alguna anotación en rojo. En la portada consta el título arriba mencionado así como el autor, ambos escritos a máquina, además de varias anotaciones manuscritas, como por ejemplo esta: Memoria leída el 30 de junio de 1943 en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid, ante el tribunal constituido por los catedráticos: Dr. D. Emilio Román Retuerto, Presidente; Dr. D. Esteban Terradas Ella, Padrino; Dr. D. José G. Álvarez Ude, Vocal; Dr. D. Francisco Navarro Borrás, Vocal; Dr. D. Tomás Rodríguez Bachiller, Secretario. Fue calificada de Sobresaliente.

Esta Memoria fue publicada un año más tarde por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas del Instituto Nacional de Geofísica Nº 8, con el título: Nuevos métodos en observaciones de pasos. Publicaciones del Observatorio de Santiago Nº III. En esta ocasión cambió el título, la redacción, amplió contenidos y tablas (de ángulos horarios, de distancias cenitales en los verticales de acimutes +/- 45º y de las estrellas seleccionadas para aplicar su método) y modificó algunos detalles en los dibujos del anteojo de paso Askania, especialmente en la base del instrumento.

En la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid no se conserva la tesis defendida. Este borrador está en el Observatorio Astronómico Ramón María Aller de la Universidad de Santiago de Compsotela.

[Estos datos forman parte de la tesis doctoral dirigida por el catedrático J. A. Docobo Durántez, sobre La proyección humana de D. Ramón María Aller, su legado científico inédito y su casa museo de Lalín, defendida por C. Doporto Regueira.]

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