El PP de Lalín se confiesa "estupefacto" por las declaraciones del alcalde, Rafael Cuiña, en las que niega haber realizado presiones a vecinos que no le son afines y que lo critican. Los populares sostienen que "basta con echar un vistazo a las redes sociales" para comprobar "la actitud" del regidor hacia "quienes no piensan como él o lo critican", por no hablar de "los múltiples pantallazos" que les habrían remitido con "presiones, críticas y comentarios subidos de tono", vía What'sApp y Messenger, y que imaginan que "preferirá que sigan guardados" en los teléfonos a los que habrían sido remitidos.

Desde el PP lamentan que Cuiña "tenga tan poca memoria" para olvidar que estuvo a las puertas de los juzgados por "comentarios y valoraciones, cuando menos desafortunados" contra alguna empresa y su gerente. "Parece que el regidor tiene amnesia selectiva para olvidarse de sus falcatruadas", alegan.

Los populares atribuyen el anunciado abandono del perfil personal de Facebook por parte del alcalde a un intento de "blanquear" su "muy deteriorada imagen" debido a "los excesos verbales" que habría cometido en las redes sociales. De hecho, denuncian que utiliza "en beneficio suyo" el perfil de la misma red del Concello y "trolea" desde el de Compromiso por Lalín.

El PP pide a Cuiña que abandone "la senda del olvido" y de la "amnesia selectiva" de su comportamiento de los dos últimos años. Astas alturas es "tarde" para que "el padre de los wasap falsos de [el vicepresidente Alfonso] Rueda y de otros capítulos sonrojantes de la historia de Lalín" en la relación con vecinos y empresarios "pretenda ponerse las alas de angelito, como si nada hubiera pasado", sentencia.

Presupuestos

Los populares también lamentan una nueva "llorada" del alcalde a cuenta del retraso del presupuesto municipal de 2017, en un intento de "desviar la atención de su importante responsabilidad" y de "colocar la culpa a otros". La formación que lidera José Crespo rechaza el "victimismo" del regidor con las cuentas; es más, sostiene que él es "el máximo responsable" de su retraso. De los más de 200 días de retraso de los presupuestos, "146 son imputables solo y directamente al gobierno". Así, desde el primer anuncio de negociación, fechado el 9 de noviembre de 2016, hasta la entrega del borrador económico, el 23 de marzo pasado, transcurrieron 111 jornadas "sin noticias" de las cuentas. Luego pasaron otros 27 días hasta la reunión del 19 de abril, en la que el PP rompió la negociación. Y el gobierno aún tardaría 35 días más en convocar el pleno extraordinario de presupuestos.