Así, mientras Lalín, Silleda y Cerdedo logran compensar su padrón, los demás ayuntamientos no logran que sus altas en el padrón superen a las bajas. A Estrada, el año pasado, registró 373 altas, mientras que Vila de Cruces tuvo 113 y Forcarei, 92. Las cifras de los tres municipios restantes aún son peores: Agolada tuvo 50 altas, Rodeiro 41 y Dozón, 34.

Igual que ocurría con las bajas, el mayor volumen de altas se produce entre ciudadanos de nacionalidad española, con 1.404 expedientes (el 80% de las 1.739 totales). Pero también debemos detenernos en que, mientras hay 1.404 altas por 1.492 bajas de españoles, entre los extranjeros se producen 234 bajas pero un centenar más de altas.

Hablando de esas 335 altas de extranjeros, en ellas también se imponen con comodidad los 154 inmigrantes que disponen de nacionalidad americana y que, como indicamos, son en buena parte descendientes de vecinos de la comarca que en su momento se fueron a trabajar al otro lado del océano. Resulta curioso que el volumen de inmigrantes procedentes de la Unión Europea, 83 personas, sea muy parecido a los 80 que tienen nacionalidad africana y que residen en las tres principales villas de la zona. De vecinos procedentes del resto de Europa sólo se constataron 6 altas, mientras que los oriundos de Asia tramitaron 12, repartidas entre Lalín (5), A Estrada (5) y Silleda (2).