Vigo, Pontevedra y otras villas costeras de la provincia siguen siendo un reclamo para los vecinos de Deza y Tabeirós que deciden fijar su residencia en otro lugar, movidos sobre todo por cuestiones laborales y académicas. Así se explica que el año pasado, de las 1.726 bajas que se dieron en los padrones de los municipios de la zona, en torno al 40%, en concreto, 663, fuesen de vecinos que se mudaron a otros puntos de Pontevedra. Es la tendencia más común, pero no se impone de forma holgada, porque se contabilizan 615 bajas de otros tantos habitantes que se instalaron en otros puntos de la comunidad gallega pero fuera de la provincia. Fue la decisión que tomaron, por ejemplo, 209 vecinos de Lalín (frente a otros 179 que se quedaron en algún punto de Pontevedra), 145 estradenses (133) o 66 cruceños (33).

Tienen mucha menos relevancia las bajas del padrón con destino a otra comunidad autónoma: son, en total, 318, de las que solo Lalín y A Estrada superan el medio centenar, con 115 y 80 ceses, respectivamente. En cuanto a las bajas para trasladarse al extranjero, se constataron 120.

De esas 1.726 bajas el mayor volumen se concentra, precisamente, en las dos cabeceras comarcales. A lo largo de 2016, Lalín tramitó 537 bajas, mientras que en A Estrada se dio curso a 403. Las cifras resultan más modestas para Silleda (con 219) y Vila de Cruces (con 147). Forcarei, que tiene unos 1.800 habitantes menos que el municipio cruceño, pierde en el padrón una cifra similar, con 119 bajas. A partir de aquí, los demás municipios se colocan por debajo del centenar: Cerdedo cede 93, Agolada 89, Rodeiro 80 y Dozón, 39.

En cuanto a la nacionalidad de estas personas que optaron por mudar su residencia e irse de Deza o Tabeirós-Montes, los extranjeros suponen un porcentaje muy bajo, el 13,5%, al tramitar 234 bajas frente a las 1.492 que realizaron otros tantos españoles. De esos 234 vecinos foráneos que dejaron de vivir en las comarcas, poco menos de la mitad, 95, tienen nacionalidad americana -recordemos que en la mayoría de casos se trata de descendientes de emigrantes que se mudaron a Latinoamérica en las décadas de 1950 a 1970-, mientras que otros 70 pertenecen a un país miembro de la Unión Europea. La lista se completa con los 48 vecinos de nacionalidad africana, 15 asiáticos y 6 que pertenecen al resto del continente europeo. A modo de apunte, las bajas de inmigrantes de nacionalidad americana se impone en todos los municipios salvo en Agolada, Rodeiro y Cruces.

En cuanto a la marcha de vecinos de nacionalidad española, los 1.492 mencionados ya hacen suponer que suponen una mayoría cómoda en los nueve ayuntamientos. Lalín, del mismo modo que lideraba el global de bajas, también encabeza el listado de bajas de españoles, con 439 expedientes, seguido por A Estrada, con 353, y Silleda, con 184. Cruces y, de nuevo Forcarei, se colocan en cifras parejas, con 121 y 113 casos, respectivamente. Agolada y Cerdedo, por su parte, sufren el mismo número de bajas del padrón: 83 cada uno, mientras que Rodeiro cierra el año con 78 ceses de españoles como vecinos y Dozón, con 38.

Pese a estos números, las variaciones residenciales, que son la diferencia entre las altas y las bajas del padrón, se cierran en positivo, aunque se produzcan sólo 13 altas más que bajas, con 1.739 frente a las 1.726 ya citadas. Este buen resultado se debe, sobre todo, a que hay tres municipios que ganan más vecinos de los que pierden: Lalín (con 682 altas, frente a las 537 bajas mencionadas); Silleda, con 252 (219) y Cerdedo, con 102 (93).